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Buscadores de crédito

Emprendedores asturianos se lanzan a pedir apoyo para sus ideas a través de sistemas alternativos como el "crowdfunding" ante las dificultades para obtener dinero de la banca

Llanera, José Luis SALINAS

El cronómetro echa a andar. Lluis Toyos, un emprendedor asturiano, sólo tiene tres minutos para vender su idea: un semáforo que mide los niveles de ruido en comedores escolares, un aparato que ya funciona con éxito en países nórdicos, pero que es desconocido aún en España. "Cuando los decibelios suben mucho, una grabación alerta a los alumnos de que hay demasiado ruido en la sala", explica. Entre el público, convocado el pasado jueves en la sede del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) del parque tecnológico de Llanera, responsables de varias empresas de "crowdfunding" - método por el que particulares financian un proyecto empresarial mediante un procedimiento similar a una cuestación popular y que se realiza por internet- siguen la intervención y evalúan las posibilidades de éxito de la propuesta.

Toyos concluye asegurando que precisa 54.000 euros para poner en marcha su negocio y producir en una primera fase 200 unidades de su semáforo. Otros 24 emprendedores asturianos esperaban por sus tres minutos, como mandan las reglas del "crowdfunding", para convencer a los propietarios de las plataformas de que su idea tiene el suficiente caché para buscar fondos mediante su web.

Esta búsqueda de mecenas "online" es una opción cada vez más utilizada por los aspirantes a empresarios para sortear la sequía del crédito en la banca, persistente pese al proceso de saneamiento y a la muy reciente proclamación del final del rescate europeo del sector. El método para pedir apoyo financiero a particulares cuenta con gran popularidad en Estados Unidos o Gran Bretaña, pero en España el mecanismo aún está en pañales.

La primera plataforma española de estas características fue "Lánzanos". Nació hace tres años. "Es un modelo de búsqueda de financiación que está comenzando, pero que está creciendo con fuerza cada año, cada vez tenemos más proyectos", asegura la responsable de marketing de la compañía, Marta Pizarro, que participó en las jornadas del CEEI.

Tras el semáforo del ruido, el siguiente proyecto en la cola consiste en una página web para promocionar a Asturias entre los turistas extranjeros. La empresa ya funciona con relativo éxito y el objetivo de la emprendedora, Dolores Fernández, es extender su iniciativa a otras provincias españolas como León, Madrid, Lugo o Cantabria, donde asegura que ya tiene clientes interesados, pero le falta un empujón financiero que no encuentra por la vía bancaria.

Pero no todas las aventuras empresariales que se lanzan a buscar financiación por este camino tienen éxito. Celestino Álvarez, gerente de la asturiana Adele Robots, una compañía asentada a unos metros de donde se celebraron las jornadas sobre el "crowdfunding", optó por la vía americana para tratar de conseguir más de 100.000 dólares para un proyecto que consistía en crear un robot que ejerciera también de empleado doméstico. No lo consiguió. Se quedó en 22.000 dólares, pero asegura que la aventura le sirvió para ganar en experiencia. "En América tienen más arraigado el concepto de apoyar iniciativas emprendedoras", explica Álvarez. Y añade: "Esta es, además, una forma de eliminar intermediarios y democratizar las inversiones abriéndolas a pequeños ahorradores". Para poder optar al dinero, Adele tuvo que crear una filial en Norteamérica y abrir cuentas bancarias en entidades estadounidense. Y aunque el proyecto no saliera adelante, el promotor destaca que fue un importante sondeo para comprobar, por ejemplo, con qué potenciales clientes contaba.

El tercer turno del cronómetro es para Jorge Rodríguez, un empresario que tiene una academia universitaria "online" en el que cada hora de clase se paga a un euro. La compañía precisa de 80.000 euros para ampliar su departamento de marketing y continuar con el desarrollo de su web. Justo a continuación, otro emprendedor, Joaquín Pintado, reclama dinero para poner en marcha "Caja Gourmet". Mediante un sistema de suscriptores, quiere distribuir una vez al mes los productos de alta gama que el cliente pida (como jamón, vino o sidra), ya que, asegura, "la gente está cansada de la marca blanca y hay una demanda creciente de alimentos de alta calidad".

Las jornadas organizadas por el CEEI tenían como objetivo acercar a los nuevos emprendedores estas fórmulas de conseguir financiación, alternativas a los bancos o a los denominados "Bussines Angels", inversores privados que suelen exigir altas rentabilidades a cambio de un préstamo para nuevas iniciativas. Con el incremento de las dificultades económicas han ido avanzando también los problemas de las empresas para lograr crédito. Lo que ha ayudado a que florecieran en España estos nuevos sistemas para conseguir dinero y que buenas ideas se conviertan en negocios. Generalmente, quien pide ayuda financiera a través del "crowdfunding" suele dar algo a cambio a quien dona. Normalmente, el producto que vende. Hay algunas plataformas que van más allá. Una de las que se presentó Llanera ofrecía a los mecenas más generosos involucrarse en el consejo de administración de la compañía a la que apoyan para participar de primera mano la gestión de su dinero. El gerente de esta empresa (Crowd Angels), Ramón Saltor, asegura que "se pretende que la gente no sólo ponga el dinero, sino que también pueda involucrarse en el proyecto". En los 16 meses de vida de la compañía ha ayudado a "lanzar" seis proyectos.

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