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Los patrones no encuentran patrón

La búsqueda de un empresario que no cobre para relevar a Vigón al frente de FADE se complica porque la crisis obliga a todos los industriales a volcarse en sus compañías para abrir mercados

Los empresarios asturianos no pasan por las urnas para elegir presidente desde hace 18 años. Quizás porque están desentrenados, o porque los requisitos que buscan para el nuevo presidente de FADE son "tan del siglo XXI", como dijo uno de ellos, que buscan candidato a "patrón de patronos" y no lo hallan. Y es que los que cumplen con el perfil están centrados en sus negocios, "abriendo mercados", y se niegan a rebajar la atención sobre sus compañías. Algunos sí estarían dispuestos a abordar "el reto", pero no concitan apoyos suficientes, como le ocurre a al candidato propuesto por Femetal, Bernardo Villazán, el único hasta el momento.

Las distintas patronales negocian por separado y entre sí, y empresarios de las distintas organizaciones que componen FADE también hablan, se consultan y se proponen nombres, aunque aún nada serio. "Hay tiempo", dicen. Pero no queda tanto. El 17 de diciembre acaba el plazo de presentación de candidaturas y aún no hay nombres en firme sobre la mesa. Mañana arrancará el periodo electoral. Será el pistoletazo de salida para una carrera a contrarreloj.

Severino García Vigón pilotó la patronal asturiana FADE durante casi dos décadas con un modelo tremendamente presidencialista. Su negativa a dimitir la pasada primavera -al descubrirse que era investigado por presunto fraude fiscal- y encabezar un proceso de relevo pactado, provocó la ruptura interna de la organización. Las heridas aún sangran, aunque menos. Y ahora, tras la dimisión consumada de Vigón el pasado jueves, toca restablecer las relaciones entre los que se fueron en protesta por la continuidad del ya ex presidente, y los que decidieron apoyarle.

Y es que la necesidad apremia. Hay que encontrar un nuevo representante de la clase empresarial asturiana, y el perfil está claro: debe ser un empresario que no cobre salario de FADE, con su negocio consolidado y que no dependa de contratos con la administración; que sepa de mercados internacionales; con capacidad para innovar; que haya demostrado que es un líder capaz de aglutinar voluntades; que sea conocido en la región y fuera de ella, con contactos nacionales e internacionales y que hable inglés. Ahí es nada. "Los hay, pero están ocupados", decía irónico un empresario hace unos días.

La patronal asturiana del metal, Femetal, la mayor de FADE, ya presentó un candidato, Bernardo Villazán Gil, de Daorje, pero no concita el apoyo del resto de patronales integradas en FADE. Ni siquiera de muchos industriales del propio sector metalúrgico. "No cumple los requisitos", insisten una y otra vez.

El presidente de Femetal, y ahora presidente de FADE en funciones, César Figaredo, había propuesto previamente el cargo a algún empresario de peso en Asturias. Por ejemplo a Daniel Alonso, que rechazó el ofrecimiento. Igual que su hijo Orlando Alonso, presidente de Windar Renovables, fabricante de las torres eólicas en Avilés, a quien se le planteó informalmente. "Nadie hubiera puesto un pero si hubieran dicho que sí", afirmó un empresario. "Pero son un grupo internacionalizado, con plantas en varios puntos de España, en Brasil y en la India. Tienen mucho trabajo y están muy centrados en consolidar su multinacional. Y la FADE llevaría tiempo del que carecen", afirmó una fuente próxima a la familia.

Lo mismo ocurre, una y otra vez, con cada propuesta que se plantea. "La situación es muy difícil. Si logramos mantenernos es gracias al mercado internacional, y ahora no nos podemos dormir. Hay que situarse y consolidar posiciones, porque si no lo haces, te quedas fuera antes de que te des cuenta. Encabezar la FADE supone una dedicación casi exclusiva, porque por mucho que delegues, hay que participar en negociaciones, acudir a reuniones, viajar... ¿Quién de nosotros deja ahora su empresa para hacer eso?", explicó un potente empresario de la construcción.

Miembros de las patronales de la construcción y del transporte, la segunda y tercera de más peso, ya han admitido el inicio de conversaciones para buscar alternativas. Igual ocurre con los representantes de la hostelería y el turismo, que se reservan la posibilidad de presentar su propio candidato, aunque ya ha habido contactos con las otras organizaciones miembros de FADE.

Y está también el sector crítico, integrado por empresarios y empresas singulares que se enfrentaron a García Vigón cuando éste se negó a dimitir el pasado mes de junio. También ellos buscan un candidato y ya han mantenido contactos con las grandes patronales sectoriales y con empresarios individuales.

Pero de momento, nada. "Las conversaciones empezarán la semana que viene, cuando arranque el proceso. Entonces se pondrán varios nombres sobre la mesa y ya veremos qué pasa", aseveró uno de los empresarios que ya ha participado en varios "contactos para ayudar a resolver esta situación".

Las dificultades para encontrar a un candidato con el perfil requerido empiezan a preocupar a algunos empresarios. Y ya son varios los que admiten que quizás habría que hacer una modificación en los requisitos e incluir la figura de un primer ejecutivo. Claro que eso supone abonarle una remuneración, a lo que muchos se niegan.

Otros, sin embargo, defienden una teoría diferente: "Nadie trabaja gratis, y en realidad se puede negociar una remuneración que no sea desproporcionada y establecer una presidencia colegiada".

¿Cómo? Hay incluso quien tiene en la cabeza el modelo y lo verbaliza a grosso modo: al presidente se le fijarán objetivos y ha de estar dedicado a atender a los empresarios, a conocer sus necesidades, a recibirles y a visitarles, y a encabezar las negociaciones en las que se defienda su postura. El secretario general, Alberto González, debe ser su mano derecha -en esto no se plantean dudas entre los empresarios, igual que con la validez del resto del equipo técnico-, y debería participar más activamente en el día a día público de FADE para liberar al presidente. Además, habría tres vicepresidentes, en los que se delegarán tareas concretas. Y todos ellos rendirán cuentas ante el comité ejecutivo y la junta directiva y la asamblea general. "Como una multinacional".

Algunos empresarios aseguran que tienen algún nombre que podría encajar en el perfil de alto ejecutivo. Y también hay quien piensa que podría ocupar el cargo el propio Alberto González, aunque otros consideran que, dada su valía, sería un error prescindir de él como secretario general. La búsqueda del patrón de patronos será tarea ardua.

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