El futuro de las compras pasa por el móvil. Los expertos aseguran que los llamados teléfonos inteligentes (smartphones) se convertirán en unos años en instrumento esencial para buscar comercios, ofertas y adoptarán la función de tarjeta de crédito. El catedrático de comercialización e investigación de mercados de la Universidad de Oviedo, Víctor Iglesias Argüelles, asegura que "la verdadera explosión del comercio llegará cuando el pago por el móvil se generalice". No obstante, explica que la tecnología está aún un poco verde. Los grandes comerciantes, señala Iglesias, están esperando a que el sistema se normalice, es decir a encontrar una plataforma de pago mediante el móvil que comience a ser utilizada de forma generalizada por todos y que funcione. A su entender, los cambios que se están viendo ya en el sector comercial "son solo la punta del iceberg de lo que acabará por llegar".

Mientas el futuro llega, en el presente la tendencia creciente entre los comerciantes es la apuesta por el comercio electrónico. Rubén Llames, director del máster de "social media" de la Cámara de Comercio de Gijón, defiende que ya hay una corriente de opinión en Estados Unidos que asegura que las tiendas físicas y los pequeños comercios, sobre todo los de sectores como el de la moda, serán en unos pocos años meros expositores. "La gente irá a ellas, se probará el producto y luego lo buscará en internet para beneficiarse de precios más bajos", señala. También apunta que hoy en día montar una tienda "on line" resulta bastante económico y rápido. "Te basta con un ordenador y ni siquiera tienes que tener stock", asegura.

Sin embargo, Iglesias Argüelles no comparte del todo esta visión. Según prevé, "en el futuro las tiendas acabarán firmando contratos con los fabricantes para tener descuentos respecto a los precios que se pagan a través de internet". "Habrá gente que seguirá prefiriendo ir a comprar a las tiendas por comodidad". De hecho, según aclara, a las marcas de lujo, por ejemplo, no les gusta el correo electrónico. "Saben que la cercanía a los clientes, los consejos que les puedan aportar son un sello que les diferencia y que a través de otros canales no pueden ofrecer".

Pero no todo son alegrías en el comercio electrónico. Olga Muñiz, profesora de la Escuela Europea de Oviedo, asegura que "la desconfianza del pago a través de internet y la necesidad de ofrecer datos personales sigue siendo un freno a este tipo de compras". Aunque advierte que esta tendencia está cambiando. Una de cal y otra de arena, porque aunque reconoce que hay un interés creciente por los usuarios por querer comprar en red "hay muy pocas compañías que tengan sus webs listas para poder vender on line". "No hay una presentación adecuada del catálogo de productos, no son páginas óptimas para la navegación por móvil, se siguen desarrollando páginas web de comercio electrónico en que el usuario entra desde un ordenador, algo que ya es del pasado".

El responsable del centro de Acompañamiento Tecnológico e Innovación (SAT) de Gijón, Jorge Álvarez, asegura que la tendencia del comercio electrónico es cada vez más creciente en la región. Sobre todo en los dos últimos años, los peores para el consumo. "No hay muchos comercios que se hagan millonarios con este sistema, pero en momentos de crisis el comercio electrónico supone una gran ayuda para muchos de ellos y una buena forma de diversificar".