La unión hace la fuerza. Eso es lo que piensan representantes sindicales de casi una docena de empresas asturianas que han cerrado o tienen ajustes laborales, para formar un frente común y reclamar soluciones para la difícil situación por la que atraviesan sus empresas. Una gran alianza de trabajadores con tintes asamblearios, en la que se pretende que jueguen un papel determinante los respectivos comités de empresa, con independencia de los sindicatos.

"Esto que estamos montando no pretende ir contra los sindicatos. Todos los que estamos aquí pertenecemos a algún sindicato. Sólo es una cosa más que creemos que puede aportar o ayudad a la búsqueda de soluciones por el empleo", aclaró César González Arias, sindicalista de CC OO y miembro del comité de empresa de Tenneco Automotive, que ayer fue el encargado de dar la bienvenida en nombre de la plantilla de Tenneco a los trabajadores de otras empresas asturianas, que acudieron a la cita en la fábrica de amortiguadores.

¿Qué esperan? Que "los que se dedican a hacer leyes miren más por las personas, porque las que están haciendo nos perjudican", señaló César González, quien hizo una alusión expresa a la reforma laboral. Representantes sindicales de algunas empresas en concurso de acreedores, como Alexis Riesgo, de Benito Sistemas, hicieron extensivo su llamamiento a las autoridades judiciales para que faciliten la venta a alguno de los grupos inversores interesados.

La empresa naviega de carpintería Benito Sistemas, que el pasado 17 de diciembre puso en la calle a sus últimos 81 trabajadores, fue una de las que ayer acudieron a la reunión en Tenneco. Tampoco faltaron de Asturbega (Coca-Cola), última en incorporarse tras el reciente anuncio de despidos por la multinacional estadounidense; de la empresa Cebrano, de Carbayín Alto y especializada en la atención a enfermos con daño cerebral, que adeuda seis meses a sus 14 trabajadores, habló Ángela Alfaro Rivero para indicar que "la crisis no es la causa del cierre de todas las empresas, pero sí la excusa perfecta".

Jesús González, representante de los 110 despedidos de las contratas de Hunosa tras la huelga minera de 2012 hizo un llamamiento a "intentar juntos mostrarles (a la clase política) que no estamos conformes con lo que está pasando; todos juntos podemos hacerlo"; Francisco Gallardo, uno de los 47 trabajadores de la subcontrata Imsa intoxicados con mercurio en las instalaciones de Asturiana de Zinc reprochó a la administración regional lo que consideran una falta de apoyo a su caso.

Ana Solís, portavoz de los 25 trabajadores despedidos por el Sespa de la lavandería del Hospital de Cabueñes cuestionó que el Principado los haya echado a la calle para mandar a lavar la ropa del Hospital San Agustín de Avilés a una empresa privada de Cantabria; Noelia Baragaño, de los 103 despedidos del grupo Cocinas Asturianas, instó a la intervención de la administración en su caso, dado que la empresa recibió fondos mineros; Javier Álvarez, de Santa Bárbara Sistemas, recordó que el ERE de esta compañía ha puesto a 55 trabajadores en la calle; Alejandro Ordiales, de Fundición Nodular, recordó que tras haber sido despedidos en abril, aún no han cobrado salarios ni las indemnizaciones. Marco Antuña, de la sección sindical de CSI en Liberbank, calificó de "expolio a Asturias" la transformación de Cajastur.

También se integrarán en este movimiento los representantes del Matadero Central de Asturias, con recortes salariales para sus 95 empleados, que ayer no pudieron acudir a la reunión de Gijón. "No pudimos ir porque teníamos una reunión con la empresa y aunque no nos lo han dicho claramente, nos tememos que están preparando despidos", indicó Alberto González Castro.

Horas después del encuentro en la fábrica de Tenneco, representantes de los despedidos y trabajadores de varias de estas empresas acudieron a la Junta General del Principado, donde se aprobó una propuesta presentada por el PP en apoyo de los trabajadores de Tenneco.