La fuerte necesidad de reformas estructurales para evitar una era de bajo crecimiento es una de las recomendaciones realizadas este viernes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la presentación de su informe anual.

"La vulnerabilidad de los mercados emergentes frente a un eventual ajuste de la política monetaria o el enfriamiento del auge de las materias primas nos recuerdan la fuerte necesidad de reformas estructurales", escribió Pier Carlo Padoan, subsecretario general y jefe economista del organismo.

Además, la combinación del fuerte desempleo estructural y la desaceleración de la productividad han influido en la disminución del crecimiento potencial de la producción a un ritmo previo a la crisis económica, apunta el informe "Avanzando hacia el crecimiento 2014" de la OCDE.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, indicó durante la presentación realizada en Sídney que esta especie de "hoja de ruta" para el G20 se da en un "momento de transición de la economía global" en donde las preocupaciones se centran en "el riesgo de caer en la trampa de un bajo crecimiento a mediano y largo plazo".

Gurría comentó, flanqueado por el tesorero federal de Australia, Joe Hockey, que en los últimos años el crédito, las inversiones y el comercio internacional han sido "muy flojos" y en algunos casos "inusualmente débiles".

La crisis ha dejado "profundas heridas en la economía" y el lastre de un bajo crecimiento, una tasa de desempleo alto y una creciente desigualdad, además, de debilitar la confianza en las instituciones en un contexto en que el desempleo juvenil se vuelve estructural, remarcó el secretario general.

A pesar de las mejoras en la perspectiva económica mundial, la OCDE señaló la desaceleración en el crecimiento de la productividad que atraviesan Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Suiza, aún con su relativa fuerte inversión en capitales cognitivos y educación terciaria.

La persistencia de las altas tasas de desempleo en Europa, especialmente en el centro y sur del continente, y el aumento del desempleo juvenil en los países desarrollados, también fue uno de los focos del informe de la OCDE.

"Este fenómeno también es prevalente entre muchos mercados de las economías emergentes, en particular India, Turquía, Sudáfrica y en menor medida México", según Padoan.

En términos de empleo, la OCDE recomendó a España, Grecia, Italia, Portugal y Eslovenia, aglutinados como los países con un fuerte desempleo estructural y retos de competitividad, a impulsar la competencia en el sector servicios.

"España ha relajado las licencias para las pequeñas tiendas de descuento y parcialmente las horas de atención de las tiendas, pero aún se mantiene como un reto las barreras de entrada de servicios profesionales", apuntó el jefe economista del organismo.

Brasil, China, Chile, India, Indonesia, México, Rusia, Turquía y Sudáfrica, que la OCDE identificó como países con desigualdades en el acceso a la educación de calidad y cuellos de botella en la infraestructura, han demostrado resistencia frente a la crisis.

No obstante, recientemente estos países muestran signos de desaceleración vinculada en algunos casos a "los precios de las materias primas y las debilidades en sus fundamentos", y afrontan "riesgos significativos" por el retiro de los estímulos monetarios en las principales economías, anotó el organismo.

Además, Brasil, China, Rusia y Turquía, que han experimentado un aumento en el crédito en los últimos años, pueden correr el riesgo de mostrar signos de vulnerabilidad en su sector financiero, alertó la OCDE.

El organismo pidió avances en la liberalización del comercio mundial, la reducción de los gravámenes de los productos en los mercados emergentes y la eliminación de los obstáculos en el sector de servicios, así como otras áreas sensibles como la agricultura y adquisiciones gubernamentales en las economías avanzadas.

"Hemos perdido mucho del ímpetu, en especial en la competencia en servicios" por lo que es importante poner en marcha las reformas de forma vigorosa para sumir los retos de la productividad, sentenció el secretario general de la OCDE.