El empleo empezó a crecer el pasado febrero en España, algo inédito en los seis años que van de crisis. La mitad del país logró detener la pérdida de afiliados a la Seguridad Social, que había sido constante desde 2008. Pero Asturias no ha entrado en el grupo de regiones que han tenido ese comportamiento favorable, encabezadas por Andalucía y por los archipiélagos balear y canario. El Principado sí ha reducido el número de parados, aunque la información estadística sugiere que esa aparente mejora tiene por ahora más que ver con la emigración o el desistimiento de los demandantes de trabajo que con la creación de nuevas ocupaciones. Eso mismo ocurrió en otras ocho comunidades españolas.

Mariano Rajoy afirmó la pasada semana, durante el debate sobre el estado de la nación, que la economía española había sobrepasado el Cabo de Hornos, metáfora elegida por el presidente del Gobierno para defender que el mercado de trabajo había cambiado de signo. Anticipó entonces que, por primera vez desde 2008, el país acabaría el mes de febrero con más trabajadores que hace un año. La información oficial conocida ayer confirma que la Seguridad Social tiene 61.557 afiliados más que a la misma altura de 2013. También, que la relación de parados inscritos en los registros del Servicio Público de Empleo (4,8 millones de personas) es inferior a la de hace un año (227.736 desempleados menos) y a la del pasado enero (1.949 desempleados menos). La confluencia de esos datos llevó a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a proclamar que España "ya está creando empleo" e iniciando "un nuevo ciclo" en el mercado laboral.

Las cuentas sobre las afiliaciones a la Seguridad Social indican, efectivamente que, después de 68 meses consecutivos, el empleo crece por primera vez en relación al año precedente. Si ese es el resultado que, según el criterio del Gobierno, marca el final de una larga y durísima travesía en el mercado de trabajo, lo habrían conseguido las siguiente ocho regiones: Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia. Todas ellas cerraron el mes de febrero con más afiliados a la Seguridad Social que en 2013 y permitieron que la cuenta agregada del conjunto de España tuviera un saldo positivo.

¿Qué ha tirado de la ocupación para que fuera posible el cambio de tendencia percibe el Gobierno? La letra pequeña de las afiliaciones a la Seguridad Social muestra en primer lugar que el país ha ganado básicamente empleo autónomo, trabajadores por cuenta propia que se vuelcan en sectores como el comercio y los despachos profesionales. Un dato que evidencia la trascendencia del autoempleo: hay casi 62.000 cotizantes más que hace un año y 44.400 de ellos pertenecen al régimen especial autónomo.

El régimen general, el que corresponde a los trabajadores asalariados, tuvo un crecimiento mucho más modesto (16.851 afiliados más, incluidas las empleadas del hogar y el sector agrario) y singularmente concentrado en la hostelería, lo que explica la mejoría en las comunidades más turísticas, y en la educación y la sanidad, actividades ambas vinculadas en gran medida al sector público. Este último dato da a entender que en algunas regiones la mejora del empleo viene en buena parte de la siguiente combinación: un aumento de los autónomos y otro de las contrataciones de la Administración.

Asturias y otras ocho regiones, varias de ellas del Norte y con intenso perfil industrial, no están por el momento en esa parte de España donde el empleo ha empezado a crecer. La reducción del número de cotizantes a la Seguridad Social sí se ha atenuado en la región y la tendencia iniciada hace unos meses señala, a decir de los expertos, que Asturias también comenzará a ganar ocupados a corto plazo. En febrero, sin embargo, Asturias tenía 3.621 afiliados menos que un año antes. La región ha reducido el paro al mismo tiempo: tiene 103.799 desempleados en total que son 933 menos que en enero y 3.878 menos que en febrero de 2013.

¿Cómo puede ser que bajen a la vez el paro y el empleo? Esa aparente incongruencia estadística se ha dado en Asturias y en otras ocho autonomías y se explica, a decir de los especialistas, porque el desempleo desciende, no principalmente por la creación de puestos de trabajo, sino por otras situaciones que merman las colas del antiguo Inem: inmigrantes en paro que dejan el país, desempleados nacionales que emigran, demandantes de trabajo que desisten de buscar a través del servicio público o aquellos otros que no renuevan su demanda tras haber agotado el cobro de prestaciones y subsidios.

El Gobierno asturiano quiso poner el foco más en el descenso del paro que en la caída de afiliaciones a la Seguridad Social. "Es el primer febrero en que baja el desempleo desde 2008", destacó el director general de Empleo, José Luis Álvarez. La patronal FADE habló de balance "agridulce" y remarcó que la región volvió a perder cotizantes, capítulo en el que también incidieron las direcciones de UGT y CC OO. Desde la oposición política, el PP enfatizó que Asturias se está quedando fuera de la "locomotora" del crecimiento nacional. Sobre el papel, la locomotora que más ha tirado del empleo desde febrero de 2013 es Andalucía, donde, como en el Principado, gobierna el PSOE.