Se abre la puerta en una empresa de selección de personal y un joven con aspecto decidido entra dispuesto a realizar una entrevista de trabajo. Todo va bien hasta que llega una pregunta temida: "¿Habla usted idiomas, domina usted el inglés?". La respuesta suele ser afirmativa, pero los titubeos vuelven cuando el entrevistador indaga acerca del nivel de conocimiento del idioma. Los expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA aseguran que en las respuestas predomina la ambigua expresión "nivel intermedio". En la práctica, un chapurreo de la lengua de Shakespeare insuficiente para mantener videoconferencias a tres bandas con Londres, Nueva York y Hong Kong.

Porque sí son cada vez más las empresas que dan por sentado que el candidato que tienen delante además de castellano sabe al menos inglés. La realidad, al menos la asturiana, refleja que, a pesar de cursos, estancias en el extranjero y horas de academia acumuladas, aún es difícil encontrar personas que se expresen con fluidez en la lengua más internacional que existe hoy en el mundo.

El último informe publicado por la empresa de contratación Adecco sobre esta materia revela que el dominio de idiomas puede aumentar un 28,8 por ciento las opciones de encontrar un empleo. La lengua inglesa sigue siendo la más solicitada (en un 86 por ciento de los casos) y experimenta un importante crecimiento. A continuación están el francés y el alemán.

Por comunidades, Cataluña, con un 41 por ciento, y Madrid, con un 37,56 por ciento, son las que solicitan más candidatos con conocimientos de otros idiomas. Asturias se sitúa por la mitad de la tabla, pero la tendencia va a más. Tanto es así que los idiomas, y concretamente el inglés, se han vuelto imprescindibles para obtener un empleo de cierta cualificación.

Lo constata Juan Manuel Suárez del Valle, director de la oficina en Asturias, de Adecco, con sede en Gijón, quien resalta que, si bien para los puestos operativos de las industrias no hace falta ser bilingüe, en empleos de carácter administrativo sí se requiere un segundo idioma. "Las empresas utilizan el arma de la exportación para expandirse y tienen que hablar con clientes extranjeros", justifica. En esos casos, el inglés es la opción más valorada. "Si hablamos con Francia y Alemania es bastante probable que nuestros interlocutores entiendan inglés", aclara Suárez del Valle. Lo que ocurre es que todo el mundo pone en el currículum "inglés a nivel medio" y "eso es nada", remacha.

"El nivel medio es el que tenemos todos recién acabados los estudios", añade Juan Manuel Suárez. "Ese grado de conocimiento puede servir para cosas básicas, pero no para cerrar grandes operaciones o moverse por el extranjero", resalta el ejecutivo. Por eso algunas empresas de selección de personal optan por realizar pruebas específicas para testar el nivel de inglés real de los candidatos. "Si la demandante de empleados es una multinacional, para hablar diariamente el nivel tiene que ser alto", recalca Suárez del Valle. Los títulos oficiales se valoran, pero también se da el caso de personas que han vivido diez años en otro país y no necesitan presentar ningún certificado.

Ana Teresa González Fernández, directora en Asturias de la agencia privada de colocación Randstad, remarca que incluso el inglés se queda corto. "Si hablas alemán o francés, mejor. Se busca el tercer o cuarto idioma y gente que pueda viajar y moverse por el mundo", comenta.

El nivel de exigencia sube, entre otras cosas porque la economía global obliga a las empresas a salir de su ámbito. "No tenemos más que fijarnos en lo que pasa en Asturias. Quedan pocas compañías que se circunscriban a una sola zona", señala Ana Teresa González. Tampoco pasa por alto que muchas empresas anticipan sus necesidades y reclaman empleados con mayor cualificación de la precisa para el puesto ofertado. "Para envasar un producto no hace falta inglés. Pero si puede elegir, el empresario opta por quien ofrece mayores conocimientos", precisa.

El caso es que si hace unos años el inglés estaba considerado un "plus", ya se contempla como algo básico. "El mundo cada vez esta más interconectado, se necesita acceder a información proveniente de otros países, entrar en contacto con proveedores y mil cosas que te obligan a salir del entorno", añade la experta.

Las compañías quieren personas capaces de mantener una conversación en inglés sobre cualquier tema. "A la gente le da vergüenza utilizarlo. Es típico de los españoles, aunque en zonas más turísticas la gente se ve obligada a hablar en otras lenguas, para tratar con los turistas, algo que aún no ocurre en Asturias, a juicio de la especialista en recursos humanos.

Alejandro Blanco, director de gestión empresarial y formación de la empresa asturiana Seresco, explica que en la compañía, dedicada al sector de las nuevas tecnologías, "trabajamos fundamentalmente en países de habla hispana, pero para el proceso de internacionalización y para dar soporte a otras entidades que trabajan en diferentes idiomas necesitamos cada vez más perfiles de habla inglesa, francesa y portuguesa", indica Blanco. En el área de formación también detecta una demanda creciente. "En nuestro sector las novedades están mayoritariamente en inglés, lo que hace de este idioma una competencia estratégica", reconoce. La inversión anual en formación de inglés que realiza la empresa es muy elevada, "tanto en recursos como en horas y esto se traduce en los procesos de selección de candidatos", subraya el directivo.

Pasaporte laboral

Los jóvenes españoles se están poniendo las pilas para aprender inglés a marchas forzadas ante la escalada del desempleo provocada por la crisis económica padecida en los últimos años.

España supera en nivel de inglés a Italia y Francia, según el informe EPI (English Proficiency Index) elaborado por Education First (EF), que destaca una mejora en 4,5 puntos desde 2007 y un nivel de competencia moderado, aunque aún queda lejos del notable y va por detrás de países como Portugal.

Los sectores que presentan un mayor grado de internacionalización son los que muestran una mayor demanda de idiomas. Las empresas energéticas encabezan las ofertas que requieren el conocimiento de idiomas en España, con un porcentaje del 50,03%; le sigue el industrial, con un 50,01%, y el de la enseñanza, con un 39,68%.

Según el último Eurobarómetro, algo más de la mitad de los europeos (un 54%) son capaces de mantener una conversación en otra lengua. Una cuarta parte sabe hablar como mínimo otras dos y uno de cada diez domina un mínimo de tres.

El gran secreto del inglés es que se ha convertido en lengua vehicular entre la mayor parte de los países del mundo. Incluso gigantes asiáticos como China asumen que la "lengua franca" del siglo XXI resulta imprescindible para hacer negocios con el resto del planeta.

En Asturias el inglés es demandado por empresas ligadas a la actividad industrial, entre las que predominan las de perfil tecnológico y las que basan buena parte de su negocio en las exportaciones.

Los expertos en selección de personal y recursos humanos constatan que entre las empresas multinacionales se generaliza el uso de expresiones y términos anglosajones cuyo significado preciso sólo capta quien realmente tiene un dominio del idioma.