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Los accionistas asumirán las pérdidas de la banca en las crisis futuras

El Parlamento europeo da luz verde a la unión bancaria y al fondo para liquidar entidades

El Parlamento europeo aprobó ayer por una amplia mayoría y en su último pleno antes de las elecciones del 25 de mayo las piezas finales de la unión bancaria, un proyecto que se ha puesto en marcha en un tiempo récord de menos de dos años como respuesta a la crisis de deuda de la eurozona, pero que ha quedado diluido respecto a los planes iniciales por la presión de Alemania.

Los eurodiputados ratificaron las tres normas pendientes para completar la unión bancaria: el mecanismo único de liquidación de bancos en crisis y el fondo de 55.000 millones para financiar quiebras y reestructuraciones (por 570 votos a favor, 88 en contra y 13 abstenciones); la directiva que obligará a los accionistas y acreedores , en lugar de a los contribuyentes, a asumir pérdidas en futuras crisis (por 584 votos a favor, 80 en contra y 10 abstenciones); y la norma que refuerza los sistemas nacionales de garantía de depósitos de hasta 100.000 euros (que se ha declarado aprobada al no presentarse enmiendas al pleno).

"A partir de ahora, los contribuyentes no pagarán sistemáticamente la factura de las pérdidas de los bancos", resaltó el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. "La unión bancaria completa la unión económica y monetaria, pone fin a la era de los rescates masivos y garantiza que los contribuyentes ya no pagarán la factura cuando los bancos se enfrenten a dificultades", aseguró por su parte el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier.

"La unión bancaria no sólo ayuda a restaurar la confianza en el sector bancario, sino que también garantiza un sistema auténticamente europeo de supervisión y de liquidación de bancos cuando quiebran", sostuvo el político francés. La Eurocámara ratificó ya en septiembre del año pasado el primer pilar de la unión bancaria, la creación de un supervisor único. La tarea ha sido encomendada al Banco Central Europeo (BCE), que la asumirá en noviembre tras realizar una nueva ronda de test de estrés a los grandes bancos de la eurozona.

El proyecto de unión bancaria se lanzó en junio de 2012, en pleno epicentro de la crisis de deuda. Su objetivo es romper el vínculo entre deuda bancaria y soberana y lograr que sean los bancos y no los contribuyentes los que paguen la factura de futuras crisis. Los líderes europeos esperan que la unión bancaria acabe con la fragmentación financiera de la eurozona.

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