M. G. SALAS

Ángeles Guijo no quiere ni oír hablar de la palabra "desempleo". Dos meses en el paro fueron suficientes para que esta candasina, de 47 años y auxiliar de farmacia, decidiese ponerse las pilas y abrir su propio negocio: "Namaskur", una tienda, dedicada a la decoración y los regalos. "Tenía dos opciones: o invertía el paro o me lo comía", apunta.