Los bancos tendrán que pagar el próximo mes de diciembre el impuesto a los depósitos bancarios de 2014, un tributo que deberán abonar por primera vez todas las entidades bancarias implantadas en España. Asturias, junto con otras comunidades, ya se había adelantado en la intención de implantar esta figura fiscal, con la que esperaba recaudar 30 millones de euros anuales. Con la nueva legislación, Hacienda repartirá entre todas las comunidades autónomas los 375 millones de euros que prevé ingresar.

El Gobierno creó este nuevo impuesto, a tipo cero, a partir del 1 de enero de 2013 para que los depósitos de los bancos recibieran un tratamiento tributario homogéneo - estaba implantado sólo en algunas comunidades- y el sistema financiero no perdiera eficiencia.

Su creación supuso la desaparición del tributo en aquellas regiones donde existía y se estableció a un tipo cero, ya que, en un primer momento, su único objetivo era desactivar este impuesto en las tres comunidades que lo estaban aplicando (Extremadura, Andalucía y Canarias), y evitar su implantación en otros, como era el caso del Principado.

Posteriormente, el 4 de julio de este año, el Gobierno aprobó un decreto-ley de impulso económico que fijó en el 0,03% el impuesto a los depósitos bancarios en el conjunto de España.

Con la aprobación de la orden ministerial, que publicó el pasado lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE), se crea el nuevo modelo de presentación del impuesto, el modelo 140 de "Pago a cuenta del Impuesto sobre los Depósitos en las Entidades de Crédito", y se establece que estará disponible exclusivamente en formato electrónico.

Por su parte, el presidente del BBVA, Francisco González, aseguró ayer que "España necesita un Gobierno estable en la próxima legislatura", ya que si no lo tiene, "la situación económica volverá a colapsar" y volveremos "al pasado y a destruir puestos de trabajo". En una entrevista en Onda Cero, González explicó que las reformas y todo "lo que se ha hecho en este país en los últimos años" es un ejemplo en todo el mundo, y eso "no tiene color político", pero es necesario contar con una estabilidad institucional para que continúe así. Y añadió que "los inversores siguen confiando en España, aunque empieza a haber un ruido negativo", con la aparición de grupos políticos que "desde fuera no se entiende lo que quieren" , y advirtió de que "al dinero no le gusta la incertidumbre".

En cuanto a la corrupción, consideró que "es absolutamente inaceptable" y los culpables deben "pagar por lo que han hecho".