El sector asturiano de la construcción es pesimista. No se atisba recuperación de la obra pública, la generalización en Asturias del sistema de subasta en las adjudicaciones está forzando ofertas a la baja y entrada de operadores foráneos, la industria auxiliar sigue soportando un estrechamiento de márgenes, y la edificación empieza a repuntar, pero de forma nimia, porque se parte de bases ínfimas. Y el crédito para vivienda, aunque empieza a llegar al cliente, no lo hace al promotor y constructor.

Este es el diagnóstico de la situación que ayer se puso de manifiesto en la asamblea anual de invierno de la patronal regional de la construcción, CAC-Asprocon.

Fernando Rodríguez Valledor, vicepresidente de la Confederación Asturiana de la Construcción-Asprocon, y que presidió la asamblea, fue concluyente: "En el sector hay pesimismo y no vemos que vaya a haber un próximo repunte, salvo una ligera recuperación en la vivienda".

La licitación de la Administración central en Asturias en obra pública sería inferior a la de 2013 de no ser por los más de 100 millones destinados a la variante de Pajares, indicó Rodríguez Valledor, y la del Principado está "bajo mínimos" y no llega a lo comprometido en el Acuerdo por el Empleo y el Progreso de Asturias (AEPA), suscrito por Principado, la patronal FADE y los sindicatos UGT y CCOO.

"El pesimismo deriva no sólo de los datos. También de la actitud", indicó Daniel García-Balbín, director general de la patronal sectorial. "La experiencia indica que por cada euro de nueva inversión comprometida en los presupuestos regionales, se licitan ocho. En el presupuesto para 2015 hay una partida de 21 millones para obra nueva. Esto permitiría llegar a una licitación de 168 millones si hubiese voluntad, pero, aun así, este volumen inversor se quedaría 212 millones por debajo de los 370 millones pactados en el AEPA".

La restricción inversora de las administraciones está coartando, según Valledor, a "la única actividad económica, la construcción, que puede generar empleo de forma notable a corto plazo".

Los constructores están también alarmados por la generalización, sobre todo desde hace año y medio, del método de subasta (que sólo toma en consideración la cuantía económica) para la adjudicación de nuevas obras, en detrimento del concurso. Según Balbín, mientras en el conjunto de España el 90% de las adjudicaciones se siguen haciendo mediante concurso, en Asturias ya apenas llega al 30%. Los constructores afirman que esto está causando una bajada de precios que asfixia a las empresas ("Será causa de quiebras", dijo Valledor) y permitiendo que grupos foráneos se hagan con las obras a la desesperada con tal de mantener su actividad. "Mientras en España las bajadas de precios son de media el 26%, en Asturias son del 39%". La reducción del déficit público que se está logrando por esta vía está generando, según la CAC, efectos indirectos: degradación de la calidad, la sustitución de trabajadores por cuenta propia por trabajadores por cuenta ajena (más baratos) y la "invasión" de empresas de afuera. "Todos sabemos lo que cuesta una obra y hay bajas de hasta el 50%", dijo Valledor.