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El HUCA quiere acortar las estancias para ingresar y operar a más pacientes

La dirección aspira a bajar de 9 a 8 días el promedio de hospitalización para aumentar la capacidad en 4.000 enfermos al año - Prevé impulsar las altas a media mañana y el fin de semana, empezar a intervenir más temprano y reducir el tiempo entre cirugías

Zona de acceso al bloque de hospitalización del HUCA. NACHO OREJAS

Imagine que usted está ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y que, gracias a una mejor organización interna, consiguen darle el alta un día antes de lo previsible. Ahora, imagine que eso mismo les sucede a todos los pacientes hospitalizados a lo largo de un año. ¿Qué sucedería? Que en doce meses sería posible ingresar a casi 4.000 enfermos más. Pero ingresar más enfermos requiere mayor capacidad para poder operarlos. Y lo que se estudia con los diversos servicios implicados es el modo de comenzar más temprano la actividad de los quirófanos y reducir los tiempos entre una intervención y otra.

El HUCA lleva siete meses y medio de andadura y quiere adquirir un ritmo de funcionamiento más intenso. Más que querer, lo necesita, y por eso ultima medidas para conseguirlo. Las listas de espera son elevadas, en parte debido a la ralentización de actividad que supuso el traslado del Cristo a La Cadellada, a mediados del año pasado. El complejo sanitario ovetense cerró el año 2014 con 7.012 enfermos pendientes de ser operados; de ellos, 959 acumulaban demoras superiores a los seis meses.

Por otra parte, la actual epidemia gripal está poniendo en evidencia que su dotación de camas -inferior a la del antiguo Hospital- exige modificar pautas organizativas. "Hay que cambiar formas de trabajar y costumbres vigentes desde hace años, y esos cambios son muy costosos", explican fuentes próximas a la dirección del HUCA. Las mismas fuentes agregan que, pese a la presión asistencial propiciada por la gripe, "hasta la fecha no ha habido que suspender ni una sola intervención por falta de camas".

La "estancia media" -el promedio de tiempo que los pacientes permanecen ingresados- es un dato decisivo en la gestión hospitalaria. La del HUCA ha sido tradicionalmente elevada. En parte, porque en el centro sanitario ovetense convergen buena parte de las patologías más complejas que debe atender la sanidad pública asturiana. También influyen algunas deficiencias organizativas y de funcionamiento interno que se arrastran desde hace años, tal vez décadas.

Los responsables hospitalarios admiten que la estancia media del HUCA es superior a la de los hospitales españoles de su mismo tamaño. Ciertamente, se ha mejorado. En 1996, era de 11,3 días; en 2005, de 10,1 días; en 2011, de 8,8 días. Luego ha habido altibajos: en 2013, de 9,1 días; y en 2014, de 8,9 días. Avanzar no resulta fácil, señalan fuentes próximas a la gerencia. Entre otras razones, porque cada vez se realiza más cirugía sin ingreso, la misma que solía requerir una hospitalización con estancia corta que disminuía la media.

En los últimos años, el HUCA se mueve entre 8,8 y 9,1 días de promedio de hospitalización, cuando los guarismos que registra el conjunto del Sistema Nacional de Salud se sitúan en 7.8 días para este tipo de centros. Hacia ahí apunta el objetivo del HUCA. De llevarse a efecto, el avance tendría unas repercusiones de notable envergadura. Si el año pasado el complejo sanitario contabilizó unos 31.000 ingresos, con un día menos de estancia media podrían rozarse los 35.000

¿Cómo? Las medidas concretas se hallan en fase de negociación con los profesionales y los servicios. El desafío esencial se centra en evitar las estancias inútiles. Los responsable del HUCA dan por sentado que, tras las medidas adoptadas en las últimas semanas, se reducirán las hospitalizaciones debidas exclusivamente a los retrasos de las pruebas diagnósticas (resonancias, escáneres, colonoscopias...). Asimismo, pretenden agilizar las altas a base de impulsar las denominadas "prealtas". Se trata de que los médicos dejen todo listo el día anterior para que el paciente pueda marcharse del hospital a media mañana, evitando de este modo esas esperas tan clásicas que suelen ir acompañadas de la explicación "hasta que le den el informe". Además, de este modo, en episodios de saturación, se beneficia a los pacientes que permanecen en el servicio de urgencias a la espera de camas para ser llevados a planta. Potenciar las altas en fin de semana es otra medida que apunta en la misma línea.

Pero la mayor capacidad de ingresar pacientes tendría que ir acompasada con una mayor actividad quirúrgica. Desde tiempo atrás, la dirección del HUCA y los servicios quirúrgicos están analizando el modo de aprovechar más los quirófanos. Dada la estructura del edificio, las distancias y la organización del trabajo, si todo el mundo llega a trabajar a las ocho de la mañana, resulta casi imposible comenzar a operar antes de las nueve. La medida que se estudia consiste en escalonar el inicio de la jornada, lo que implicaría adelantar el horario de entrada de algunos estamentos profesionales, entre ellos celadores y enfermeros de quirófano.

Una estrategia complementaria habla de algo tan sencillo como acelerar la limpieza de los quirófanos entre una operación y la siguiente, con el fin de reducir los tiempos muertos. Se trata de soluciones simples, pero no fácilmente implantables en una dinámica de trabajo anclada en rutinas que merman la eficacia del buque insignia de la sanidad pública asturiana.

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