Thyssenkrupp Elevator, la empresa fabricante de equipos de elevación de la multinacional alemana Thyssenkrupp, ha renunciado a la venta de su negocio de fabricación de pasarelas de embarque de pasajeros ("fingers") para aeropuertos, por lo que la factoría que produce estos elementos en el polígono industrial de Baiña (Mieres) continuará en manos de ThyssenKrupp, según comunicó la compañía alemana mediante una carta al comité de la factoría. La planta mierense tiene 334 trabajadores, que llegan a 459 con los del servicio de mantenimiento Airport Service.

La filial de equipos de elevación y medios mecánicos de transporte del grupo siderometalúrgico ThyssenKrupp había decidido en julio desprenderse de su división mundial de pasarelas aeroportuarias (una actividad rentable) para concentrarse en su negocio crucial: la fabricación de ascensores, escaleras mecánicas y pasillos rodantes. Esta actividad de ThyssenKrupp Elevator también está presente en Asturias, con una factoría de pasillos y escaleras en La Pereda (Mieres) y un centro de investigación y desarrollo en Gijón, del que han salido prototipos avanzados y nuevos avances tecnológicos de la multinacional.

Ahora, y tras dar por consumado el periodo de análisis y evaluación de las ofertas de compra recibidas, ThyssenKrupp ha decidido mantener en su poder el negocio de pasarelas y suspender de forma anticipada el proceso de selección de eventuales compradores, que en principio se iba a prolongar hasta abril.

La decisión de ThyssenKrupp de revocar la decisión de venta de la división de "fingers" o PBB fue celebrada ayer por los sindicatos asturianos como "acertada" y fue muy bien recibida también por los trabajadores de la filial mierense ThyssenKrupp Airport Systems, de Baíña, que siempre fueron partidarios -al igual que los del servicio de mantenimiento Airport Service- siempre fueron partidarios de seguir dentro del grupo ThyssenKrupp.

La reconsideración de la venta del negocio afecta a las tres factorías de ThyssenKrupp que producen pasarelas en el mundo: la de Mieres, la de Fort Worth (Dallas, Texas, EE UU) y la de Zhongshan (China).

En una carta enviada ayer al comité de la planta de Baíña desde la sede matriz de ThyssenKrupp Elevator, la dirección alemana del negocio de elevación asegura que el grupo ha decidido "mantener la unidad de operación como parte de la cartera de ThyssenKrupp Elevator", por lo que las conversaciones para una posible venta de este negocio se dan por finalizadas. En la misiva, la compañía asegura que tanto las "condiciones del mercado" como "el rendimiento de las pasarelas de embarque de pasajeros" son "buenos" y que la decisión del grupo es "centrarse" en un mayor desarrollo de este negocio.

La planta asturiana tiene carga de trabajo asegurada hasta al menos fines de 2016 y sus resultados son positivos. En 2014, según el avance difundido en diciembre, la fábrica de Baiña logró los mejores resultados desde su fundación en 1996, con un beneficio de 8,3 millones después de impuestos, un millón y medio de euros más que el año anterior.

La compañía elogia en su carta la actitud adoptada por el comité y los sindicatos de la planta, a los que agradece "el compromiso y valiosas discusiones durante el período de tiempo que se tomó para evaluar· la posible desinversión y expresa su deseo de seguir contando con esa "colaboración".

La carta está firmada por el consejero delegado y primer ejecutivo de ThyssenKrupp Elevator AG, Andreas Schierenbeck; la directora de recursos humanos de esta filial de la multinacional, Gabriele Sons, y la consejera delegada de ThyssenKrupp Access Solutions, Britta Giesen.

En el texto no se explicita la causa determinante de la reconsideración de la venta, aunque han podido influir los factores aludidos en la carta: los buenos resultados de la división de pasarelas y las favorables perspectivas del negocio, el "compromiso" y aportaciones de sindicatos y trabajadores para la continuidad del grupo alemán, y la evaluación de las ofertas recibidas tanto económicas como cualitativas. ThyssenKrupp condicionó la venta a que los pretendientes fuesen solventes y garantizasen la continuidad de las plantas.

CC OO de Industria de Asturias y el presidente del comité de empresa, José Manuel Cima, calificaron de "excelente" la noticia, que supone, dijeron, "un plus de estabilidad y de optimismo para el conjunto de la plantilla". Y agradecieron el apoyo del Ayuntamiento de Mieres y demás administraciones públicas.