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La presión fiscal de Asturias sobre las herencias es la más alta de toda España

Las familias de la región pagaron más de 416 millones por el impuesto de sucesiones y donaciones durante los cuatro años más duros de la crisis

La presión fiscal por el impuesto de sucesiones y donaciones es en Asturias la más elevada de todo el país, según se infiere de los datos sobre recaudación tributaria del Ministerio de Hacienda. El peso de los ingresos que obtiene el Principado de los herederos, medido en relación al producto interior bruto (PIB), supera el que se da en el resto de comunidades autónomas y en una mayoría de casos lo duplica cuando menos. La elevada carga fiscal que mantiene Asturias sobre las herencias, unida al envejecimiento de la población, explican esa posición asturiana en relación a un tributo muy desigual en España.

La población asturiana representa el 2,27% de la nacional y el PIB regional supone el 2% de la riqueza del país. En cambio, lo que se recauda en el Principado por el impuesto que grava las herencias y las donaciones entre vivos equivale al 5% de la caja que hacen todas las comunidades autónomas. Ese es un primer indicador (recogido en un informe de los expertos que asesoraron al Gobierno para la reforma tributaria) del esfuerzo que supone el referido gravamen para quienes lo pagan en Asturias.

La presión fiscal se suele medir poniendo en relación la recaudación de los tributos con el PIB del período que se trate. Según los mismos expertos, la presión del impuesto de sucesiones era en España en 2010 equivalente al 0,23% del producto bruto, frente al 0,12% de la media de los países más desarrollados, agrupados en la OCDE. Una aproximación a las tasas regionales realizada con datos de recaudación del período 2010-2013 arroja resultados como los que se exponen en los siguientes puntos.

Alta presión. La recaudación corriente de cada uno de esos cuatro años, los más duros de la crisis, sumó en Asturias 416,4 millones de euros y la presión fiscal media anual fue del 0,47%. Ninguna otra región obtiene un resultado tan elevado. Quienes más se acercan son Aragón (0,36), Cantabria (0,35) y Galicia (0,30). Y Asturias duplica cuando menos los índices de presión fiscal de otras once comunidades autónomas

Baja presión. La recaudación más modesta en relación al PIB se dio en Canarias (0,09%), Murcia (0,11%), Comunidad Valenciana (0,12%) y Madrid (0,16%).

Las diferencias entre regiones están relacionadas con la normativa del impuesto en las distintas autonomías, aunque también con otros factores. Un dictamen elaborado por los funcionarios del Ministerio de Hacienda que cada año examinan la gestión tributaria de las autonomías incide en que los aumentos de la recaudación por sucesiones observados en Asturias están ligados "a la propia estructura poblacional" de la región. La elevada tasa de muertes vinculada al envejecimiento de la población y la concentración de mayores rentas en los contribuyentes de más edad explicaría al menos en parte, por ejemplo, que la recaudación por el gravamen de las herencias aumentara más del 13% en 2013. Cada año llegan a las oficinas del Ente Público de Servicios Tributarios del Principado por encima de 20.000 expedientes de herederos para satisfacer el impuesto.

La elevada presión fiscal del tributo obedece también y principalmente, según otras opiniones de expertos, a que los tipos de gravamen y otras condiciones son de las más severas del país. Asturias y Andalucía aparecen sistemáticamente en los estudios de los asesores fiscales como las autonomías donde se paga más por heredar. La cuota a abonar por un asturiano que recibe un legado de unos 540.000 euros (formado por una vivienda habitual, una segunda residencia, 50.000 euros en cuentas bancarias y 30.000 en acciones cotizadas) tributa más de 85.000 euros en Asturias y sólo 851 en Madrid, según una simulación elaborada por expertos de la consultora asturiana Vaciero.

Madrid ha sido una de las regiones más agresivas al aplicar bonificaciones en el impuesto sobre las herencias, cedido a las regiones, que tienen competencias normativas para actuar sobre la base imponible y sobre los tipos de gravamen. Desde 1996 y sobre todo a partir de 2001, tras una reforma de la financiación autonómica impulsada por uno de los gobiernos de José María Aznar, las Administraciones territoriales entraron en un proceso de competencia tributaria que ha situado a Asturias a la cabeza de la imposición de sucesiones, incluso a pesar de que, desde 2007, los parientes más próximos que reciben herencias inferiores a 150.000 euros no tributan si su patrimonio preexistente es inferior a 402.000 euros. Pero con que se supere en un euro los 150.000, el contribuyente tributa por todo. Son las reglas asturianas de un impuesto de larga tradición histórica en España y cuya aplicación y existencia misma ha generado siempre disputa ideológica entre izquierda y derecha.

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