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Un euro de diferencia en una herencia obliga a pagar 18.000 más en impuestos

La exención que el Principado aplica cuando la base imponible no llega a 150.000 euros provoca agravios comparativos con los que superan esa cifra

Oficina de recaudación del Principado en Cangas de Onís. M. V.

Asturianos en situaciones similares y que reciben herencias de sus padres casi iguales en unos casos no pagan nada en el impuesto de sucesiones y en otros más de 18.000 euros. Las modificaciones que el Principado aplica sobre la cuota cuando la base imponible no supera los 150.000 euros provoca agravios comparativos entre los que se quedan por encima y por debajo de ese listón, aunque la diferencia en el valor de la herencia sea de un solo euro.

Manuela Fernández Junquera, catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Oviedo, califica ese fenómeno que indigna a muchos herederos asturianos como "error de salto" y señala que ese problema se podría haber solucionado si el Principado hubiera aplicado la reducción de los 150.000 euros directamente sobre la base imponible, como han hecho otras comunidades autónomas, y no modificando la cuota. De esa forma, si el valor de la herencia es de 151.000 euros, con la reducción se pagaría por una base imponible de 1.000 euros y no de 151.000 como con el modelo actual.

La gestión del impuesto de sucesiones está cedida a las comunidades autónomas y dentro de sus competencias normativas el Principado realizó modificaciones en el esquema general del tributo fijado por el Estado. Sobre la base imponible (el cálculo del valor de la herencia que recibe una persona) el Principado estableció algunas modificaciones en la reducción a la vivienda habitual (de hasta el 99% frente al 95% que plantea el Estado) y a las empresas familiares (también de hasta el 99%). Además modificó los dos escalones más altos de la tarifa que se aplica sobre la base liquidable (que se obtiene de aplicar las reducciones sobre la base imponible) e introdujo modificaciones sobre la cuota resultante mediante los coeficientes multiplicadores. Ahí están los principales cambios. A los menores de 21 años que heredan de sus padres y no tienen patrimonio preexistente el coeficiente multiplicador es de cero, con lo que no pagan nada de impuesto de sucesiones. Y lo mismo ocurre con los herederos cuya base imponible de la que se deriva la cuota es inferior a 150.000 euros. Para ellos el coeficiente multiplicador también es de cero y, por tanto, tampoco pagan. El problema es que, por ejemplo, si el valor de una herencia es de 151.000 euros, el beneficiario pagará a partir de una base imponible de 151.000 euros. "Así, un hijo que recibe un herencia de 150.000 euros no paga nada de impuesto de sucesiones y otro que recibe una herencia de 151.000 euros paga 18.453 euros siempre y cuando no se encuentre dentro de la herencia la vivienda habitual y sólo tenga derecho a la reducción por parentesco al ser hijo", apuntó Manuela Fernández Junquera. El resultado sería semejante si la diferencia de valor entre una herencia y otra fuera de un sólo euro.

El "error de salto" no se da en otras autonomías. Madrid, Extremadura o Cantabria aplican las reducciones en la cuota final (en el caso de Madrid con una bonificación del 99% y en las otras dos de entre el 90 y el 99% en función de la base imponible). Otras como Castilla y León, Valencia y Aragón incrementan la reducción de la base imponible por razón de parentesco, que Asturias no la toca. "En Aragón la reducción por razón de parentesco en el caso de los hijos es precisamente de 150.000 euros. Pero allí no se produce el error de salto. Si Asturias hubiese metido la reducción de los 150.000 euros aquí, en reducción por parentesco, los hijos que heredan 151.000 euros tendrían la posibilidad de reducir por ser hijo 150.000 euros en la base imponible y sólo tributar por 1.000 euros, no por 151.000 como está pasando en la región", destacó Fernández Junquera.

Asturias es unas de las regiones que menos reducciones han aplicado sobre el esquema general de impuesto de sucesiones. De hecho, los asturianos soportan la presión fiscal más alta del país si se tiene en cuenta el peso de los ingresos que obtiene el Principado de los herederos en relación al producto interior bruto (PIB).

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