Puleva y la asturiana Capsa, filial de Central Lechera Asturiana (Clas), fueron las dos empresas con mayor implicación en las prácticas colusivas sancionadas anteayer por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la supuesta constitución de un cártel de la industria láctea para determinar a la baja los precios con los que remuneraron la leche cruda de vacuno a sus ganaderos proveedores, según afirma el organismo regulador en su resolución, de 125 folios y cuyo contenido íntegro fue desvelado ayer. Tanto Capsa como su matriz Clas (también sancionada) rechazaron las acusaciones y, al igual que otras empresas sancionadas, recurrirán la penalización ante la Audiencia Nacional.

La resolución, por la que nueve industrias lácteas y dos asociaciones del sector han sido multadas por un importe conjunto de 88,2 millones de euros, considera que Puleva tuvo una "cuota de participación en la conducta" perseguida del 24% del total; Capsa, del 23,14; Danone, del 17,63; Lactalis, del 13,83; Pascual, 10,11; Nestlé, 6,42; Central Lechera Asturiana, 3,11; Senoble, 1,67; y Central Lechera de Galicia (Celega), del 0,10%.

Esta atribución de responsabilidad la hace el organismo regulador en función de la dimensión y cuota de mercado de cada una de las nueve compañías, de la duración probada de su conducta, de los beneficios ilícitos que a juicio del sancionador obtuvieron o pudieron haber obtenido cada una de ellas como consecuencia de la infracción y de la evaluación de los daños causados a terceros.

Las nueve compañías son consideradas responsables de prácticas restrictivas de la competencia durante diez años (2000-2013), consistentes en intercambio de información sensible sobre suministros, ganaderos y precios, repartos de los mercados de aprovisionamiento de leche en origen, limitación de la libertad de cada ganadero para decidir la empresa a la que suministra y una concertación en la remuneración de los productores. Esta última conducta sólo está probada, según la CNMC, durante tres de los catorce años investigados.

La investigación asegura que Capsa y la francesa Lactalis fueron las compañías que durante más meses (131 en ambos casos) formaron parte de las prácticas anticompetitivas entre 2000 y 2013, seguidas por Puleva (108). Clas lo hizo, según se le imputa, durante 28. Las sanciones podrían haber llegado a suponer el 10% de la facturación de cada compañía en el ejercicio inmediatamente anterior al de la resolución (en 2014), aunque la Comisión Nacional decidió aplicar en este caso "el tramo medio de la escala". La sanción más dura (3,3% de la facturación) recayó sobre Capsa, seguida por Puleva (3,2) Danone (2,85), Lactalis (2,75), Pascual (1,25), Nestlé (0,55), Clas (0,45), Senoble (0,25) 7y Celega (0,10).

Como consecuencia de estos porcentajes (calculados en función de la gravedad de las prácticas, duración de las mismas y cuota de mercado de cada sociedad), Danone fue sancionada con 23,2 millones, seguida por Capsa (21,8), Lactalis (11,6), Nestlé (10,6), Puleva (10,2), Pascual (8,5), Senoble (0,92), Clas (0,69), Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña (0,2), Asociación de Industrias Lácteas de Galicia (0,1) y Celega (0,05 millones).

La Comisión asegura que Lactalis, Capsa, Danone, Pascual y Puleva (hoy, propiedad de Lactalis) formaron un grupo, llamado G-5 (y luego G-4), que operaba como un foro de intercambio de información para reducir la competencia entre ellas y pactar estrategias. Las empresas lo niegan y se remiten a los múltiples foros sectoriales promovidos por las propias administraciones públicas para conciliar los intereses de empresas y ganaderos.

Estas mismas prácticas se producían mediante encuentros bilaterales, contactos multilaterales y conversaciones, según acreditó la CNMC tras hacer acopio de correos electrónicos intercambiados entre directivos de distintas empresas y de agendas con anotaciones manuscritas pertenecientes a directivos de las compañías Puleva y Nestlé. A Capsa se la implica por alusiones de terceros en dichos soportes y en un acta de la Asamblea de la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia, y a Clas se la involucra por un correo interno de Nestlé del 13 de enero de 2010 por el que esta multinacional suiza era conocedora de que la junta rectora de Central Lechera Asturiana había decidido no bajar el precio a los ganaderos de Asturias "en todo 2010".

Industrias Lácteas Asturianas (Ilas), fabricante de Reny Picot, y las empresas gallegas Leche Río, Feiraco y Leche Celta, así como Forlactaria fueron exoneradas por considerarse que los hechos y prácticas prohibidas en los que incurrieron ya prescribieron.