Madrid, pese a su discreto comportamiento en 2014, sigue liderando el PIB per cápita español (la riqueza generada en un ejercicio de promedio por cada habitante) con un valor de 31.004 euros. El resto de las regiones que superan la media nacional (22.780 euros) son de la mitad septentrional: Cataluña, La Rioja, Aragón y Baleares, al igual que lo son las tres siguientes en el ranking nacional: Castilla y León, Cantabria y Asturias.

El Principado generó el año pasado una riqueza media anual de 20.334 euros por habitante, el 10,74% inferior a la media nacional. Sin embargo, sigue siendo (con datos definitivos correspondientes a 2012, también difundidos ayer por el INE) una de las nueve regiones (todas ellas situadas en el norte) con mayor renta per cápita. Que Asturias genere una riqueza (PIB) por habitante que es el 10,7% inferior a la media del país y que, sin embargo, disfrute de una renta por persona que es superior al promedio nacional obedece a los sistemas de reequilibrio interno y los flujos de solidaridad interterritorial de los que Asturias es perceptora neta. Esta divergencia es lo que explica que, con un PIB por habitante menor, los asturianos contribuyan por encima de la media por el IRPF, lo que ha sido ocasión de queja con alguna frecuencia. El IRPF es un impuesto que grava el disfrute de la renta tanto si la genera el propio sujeto fiscal como si la obtiene por transferencias de otros contribuyentes.

Esta asimetría no se da en otras regiones. Las comunidades con mayor renta por habitante son País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña, que también son las cuatro con mayor PIB por ciudadano, aunque con alguna alteración en el orden. Y Extremadura y Andalucía, que son los territorios con menor renta por persona, también son las comunidades con menor PIB per cápita. En 2012 (último dato oficial), los hogares que sufrieron un menor descenso de su renta disponible respecto al año anterior fueron los de Castilla y León y Galicia.

En general, tanto los datos de volumen de PIB por habitante como de renta per cápita mantiene la vigencia como esquema interpretativo de la existencia de dos España diferentes: la mitad norte sigue concentrando en general mayores tasas de valor en la producción por ciudadano y niveles de renta que la mitad sur.