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Las políticas contra la economía sumergida

Trabajo busca camareros sin contrato por los restaurantes de bodas asturianos

La construcción calcula que cuenta en la región con 29.000 empleos sumergidos

El sector de la hostelería ha vuelto a estar esta primavera bajo la lupa de la Inspección de Trabajo con actuaciones para combatir el empleo irregular. Entre ellas, la intervención en restaurantes y hoteles especializados en banquetes de bodas y comuniones. Asturias fue en mayo y junio una las regiones donde los inspectores se han personado en fechas de celebraciones para comprobar que todo el personal contratado para esos servicios está de alta en la Seguridad Social. Dirigentes del sector critican que la presión "se focalice tanto" en la hostelería, cuando, según su criterio, existen otras actividades donde el riesgo potencial de irregularidades es igual o mayor.

Lo que la Inspección de Trabajo llama "control de servicios extraordinarios en hostelería" figura desde hace años en los planes de la autoridad laboral contra la economía sumergida. La contratación de los conocidos como camareros "extras", que trabajan durante unas horas en el establecimiento para reforzar las plantillas en casos de banquetes de bodas y otros acontecimientos sociales, ha sido considerada desde siempre una bolsa potencial de fraude a la Seguridad Social. Durante los períodos de primavera, y especialmente en mayo y junio, cuando coinciden muchas de las celebraciones, los inspectores han realizado al menos desde 2013 controles sistemáticos. Según datos de Trabajo, el número de actuaciones supera en toda España las 5.000 en cada campaña.

En la de este año, los inspectores han vuelto a los restaurantes asturianos, según confirmaron fuentes del sector. Su forma de operar suele ser la siguiente: los técnicos se presentan en el establecimiento a mediodía, unas horas antes de que se inicien los banquetes, e identifican a todo el personal que ese día está contratado para el servicio. Por las peculiaridades del trabajo, de carácter extraordinario y sólo para unas horas, los contratos son a menudo verbales. Trabajo verifica después si los camareros y otro personal de refuerzo han sido dados de alta en la Seguridad Social. En caso de que no sea así, se levanta acta de infracción y el empresario afronta sanciones superiores a 3.000 euros.

La contratación de "extras" se realiza en ocasiones a través de las empresas de trabajo temporal (ETT), pero es frecuente también que, al menos formalmente, las haga de manera directa el hostelero. Según algunas informaciones recabadas, tradicionalmente ha funcionado en el sector un modelo por el que un intermediario concierta con el hostelero la contratación de los trabajadores, que a su vez abonan una especie de comisión al primero.

La nueva campaña de inspecciones ha avivado las quejas en el sector por la presión inspectora. José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal Hostelería de Asturias, destacó ayer que su organización no está en contra de que se persigan las malas prácticas empresariales en materia laboral, pero criticó que las sospechas y la acción disciplinaria se enfoque tanto hacia la hostelería y mucho menos hacia otros sectores donde, según su criterio, existe riesgo de fraude en la misma medida. "Es obvio que no somos la única actividad económica en la que se pueden estar dando casos de empleados que trabajan más horas de las que se cotizan a la Seguridad Social", afirmó Álvarez Almeida.

Las actuaciones de la Inspección de Trabajo contra el fraude se saldaron en 2013, último año del que se han divulgado datos completos, con sanciones por valor de 2,8 millones de euros en Asturias a propósito de infracciones relativas a las cotizaciones a la Seguridad Social descubiertas en el conjunto de los sectores económicos. El número de puestos de trabajo implicados en esas situaciones casi se duplicó en un lustro: pasó de 955 en 2010 a 1.779 en 2013.

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