"Un Gobierno, el del Principado de Asturias, ha mandado a su casa a ocho mil trabajadores por no cumplir sus compromisos en licitaciones". El dardo, en forma de acusación, lo lanzó ayer, visiblemente enfadado, el presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción (CAC-Asprocom), Serafín Abilio Martínez, minutos después de clausurar en Oviedo la asamblea anual de la patronal. Tirando de cifras, el líder de los constructores asturianos aseguró que aún quedan 74 millones por licitar de los comprometidos para 2014, y criticó con dureza la actitud del Gobierno regional, al que tachó de "irresponsable". "Esto ya no es jugar con el mundo empresarial, sino con la mano de obra que está en casa de brazos cruzados", criticó.

La hemorragia en el sector del ladrillo, tanto en la pérdida de actividad como en la de trabajadores, no cicatriza. Y las perspectivas que manejan los empresarios aún no son nada halagüeñas. "Somos conscientes de que la promoción había estado sobredimensionada, pero aún va a tener unos cuantos años de crecimiento lento y débil", aventuró. Ese lento despertar de la actividad inmobiliaria lo está compensando el aumento de la actividad exterior, sobre todo para las compañías auxiliares. Con la crisis, el número de empresas del sector que ponen sus miras en los mercados internacionales se ha multiplicado. Sin embargo, fuera no es oro todo lo que reluce. Las constructoras asturianas habían hecho una fuerte apuesta por el mercado argelino. Incluso, la propia patronal había abierto una delegación allí. Sin embargo, Serafín Abilio Martínez reconocía que "hay empresas que han hecho negocio en el país, pero la cosa va más lenta de lo que nos pensábamos".

Aun así, la mayor preocupación ahora de la patronal asturiana de la construcción está centrada en los incumplimientos del Gobierno en materia de licitaciones, además del intrusismo de empresas foráneas, que, denuncian, tirando los precios por los suelos, están consiguiendo hacerse con la mayoría de los trabajos. "En la legislatura que acaba de terminar había un compromiso para hacer obras públicas por 831 millones, de los cuales han quedado sin invertir 439", criticó el patrón de los constructores.

Estos incumplimientos, unidos al brutal golpe de la crisis sobre el sector, han provocado que el número de trabajadores ligados a la construcción pasara de los 50.482 que había en diciembre de 2007 a los 22.980 con los que se cerró 2014. Un camino muy similar ha seguido el número de empresas. Antes de que la economía comenzara a desmoronarse había 3.669 compañías dedicadas a esta actividad, mientras que al cierre de 2014 quedaban 1.559, según los números que maneja la patronal.

"Fuimos tontos al confiar en el Gobierno regional", aseguró Martínez tras exponer estas cifras. Y reprochó al Ejecutivo de Javier Fernández que no reconozca estos incumplimientos. "De estar el sector funcionando como se había comprometido el Gobierno, actualmente habría miles de parados menos en Asturias", señaló. El empresario destacó que siguen en disposición de trabajar y llegar a acuerdos serios con el Gobierno que surja tras las últimas elecciones, aunque, afirmó, que tendrá muy presente la experiencia de estos años. También anunció que tienen previsto iniciar una ronda de contactos con los ayuntamientos para trasladarles los problemas por los que atraviesa el sector y reclamarles que recurran a empresas asturianas.