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ANÁLISIS

Las prejubilaciones a la carta de Grecia

Tsipras se oponía al recorte de las pensiones, alegando que muchas están por debajo del nivel de pobreza, pero ha mantenido hasta ahora un insostenible sistema de retiros anticipados

En abril de 2012, el jubilado griego Dimitris Christoulas, de 77 años, se pegó un tiro en la sien frente al edificio del Parlamento en Atenas. "Dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra manera, no veo más solución que poner fin a mi vida de esta forma digna antes de tener que rebuscar comida entre la basura para poder subsistir", escribió en una nota antes de apretar el gatillo. El disparo, amplificado por los medios, restalló en todo el mundo con un mensaje claro: la situación de los pensionistas griegos es agónica.

En aquella época el Gobierno del economista Lukás Papadimos ya había aplicado fuertes recortes en las pensiones tras aprobar la eurozona el segundo rescate. Los más perjudicados fueron los jubilados con las pensiones más bajas, pero también es cierto que una parte de la población retirada aún disfrutaba de unas abultadas pensiones fruto de un cálculo muy ventajosos para las rentas más altas. Más tarde llegaría el plan de austeridad del Ejecutivo de Andonis Samarás y después la promesa de Syriza de acabar con los recortes a las pensiones más bajas, que fue clave para la victoria en las últimas elecciones. Por eso su mantenimiento era hasta ayer una de las líneas rojas del Gobierno de Alexis Tsipras en la actual negociación con las instituciones. Atenas argumentaba que el 44,8% de los pensionistas helenos ya reciben pagas por debajo del nivel de la pobreza, definida para Grecia en 665 euros según Eurostat. La pensión media es de 664,9 euros.

A pesar de todo, el gasto de las pensiones aún supone entre el 15 y el 17% de la economía del país, según diferentes fuentes que utilizan datos oficiales. Es la tasa más elevada de Europa, si bien hay que tener en cuenta que Grecia ha perdido un cuarto de su economía durante la crisis. Como comparativa, España gasta en pensiones el 11,8% de su PIB.

La edad de jubilación griega se subió a los 67 años dentro de las medidas impuestas por el programa del segundo rescate en 2012, pero a día de hoy Grecia aún presenta una de las cifras de prejubilados más altas, sobre todo procedentes del sector público. Así, por ejemplo, las madres separadas de más de 50 años con hijos menores de edad a su cargo pueden prejubilarse a la carta. No es de extrañar, por tanto, que la edad media del retiro en las mujeres esté en 59 años (63 en el caso de los hombres).

Con la crisis, el 52% de los hogares helenos cuenta con las pensiones como principal fuente de ingresos, por lo que la evolución de su cuantía es un asunto capital. La Troika reclamó en ese capítulo un ahorro de 1.800 millones de euros, lo que supondría el 1% del PIB. Tsipras se oponía, pero finalmente ha aceptado reformar el sistema de pensiones, con mayores contribuciones a la Seguridad Social y el fin, a estas alturas del "drama" griego, de las prejubilaciones a la carta.

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