El adelanto a este mes de la rebaja del IRPF que el Gobierno había programado para 2016 supondrá un ahorro extra que rondará el 2% de la cuota tributaria en todos los niveles de renta, según se infiere de una primera aproximación al impacto de los cambios elaborada por el Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF). Los resultados indican que esta nueva reducción fiscal peca de falta de progresividad en la medida en que trata por igual en términos relativos a las rentas más modestas y a las más elevadas. La traducción en dinero es la siguiente: un trabajador sin hijos y con 20.000 euros de ingresos brutos al año tendrá este año una rebaja adicional de unos 30 euros; un directivo en la misma situación familiar y que gana 150.000 obtendrá 1.297.
El Consejo de Ministros aprobará la próxima semana el adelanto de la rebaja del impuesto de la renta y a continuación la Agencia Tributaria adecuará los procedimientos para el cálculo de las retenciones, de modo que las empresas estarán en condiciones de aplicar la reforma en las nóminas de los asalariados desde la paga de julio. El Ministerio de Hacienda no ha precisado aún qué solución técnica se utilizará para el cambio en la escala de gravamen. En enero de este año entró en vigor una nueva tarifa del IRPF con una primera fase de la rebaja aprobada en 2014 y en enero de 2016 debía entrar otra con nuevos cambios que ahora se anticipan. Pero eso no supone que en la primera mitad del año se vaya a tributar por una tabla y en la segunda conforme a otra. Los expertos prevén que Hacienda funda todas las variaciones en una nueva escala de tipos impositivos que surtirá los efectos acumulados de la rebaja en vigor para 2015 y de la que a mayores se aplicará formalmente desde el pasado 1 de julio, según el anuncio que hizo anteayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En base a esa previsión, los asesores fiscales de Reaf han hecho una simulación del impacto, considerando distintos niveles de renta para un contribuyente sin hijos. Sus resultados, que se reproducen en el gráfico superior, aportan información como la que se explica a continuación.
El contribuyente medio. Para unos ingresos brutos anuales de 20.000 euros, cercanos al salario medio de los trabajadores asturianos, la cuota a pagar por IRPF se reducirá en 56 euros. Si se traslada por completo a las retenciones, la nómina de ese trabajador aumentará por tanto unos 9 euros al mes desde la próxima. Su cuota tributaria anual pasará de 2.450 a 2.394,1 euros. El ahorro completo respecto a 2014, incluyendo la rebaja que entró en vigor el pasado enero, será de 310 euros.
Tratamiento uniforme. El citado trabajador pagará a Hacienda un 2,3% menos este año a raíz de la decisión de Rajoy de cambiar el calendario de la reforma tributaria. Es un porcentaje que con variaciones de pocas décimas se repite en todos los tramos de renta. No hay por tanto un tratamiento más favorable para las rentas bajas o medias respecto a las más altas. Esa ausencia de progresividad no se produjo en la primera fase de la reforma. La que se aplica desde enero supone rebajas superiores al 12% para los contribuyentes modestos y del 5% como media para los acaudalados, según estimaciones de Fedea. El tratamiento uniforme que supone la rebaja adelantada de 2016 ensancha las diferencias en términos absolutos: un asalariado con 15.000 euros de ingresos tributará 30 menos; un alto ejecutivo que supere los 150.000 euros se ahorrará al menos 1.300.
Aunque los detalles normativos no han trascendido, fuentes conocedoras indicaron que los cambios en el IRPF afectan tanto a la tarifa general como la que grava las rentas del ahorro. Esto es, también se anticiparán las rebajas (de medio punto en cada uno de los tres tramos) que estaban previstas para 2016 en la escala por la que tributan los rendimientos de depósitos, acciones y otros productos financieros.
El Gobierno volvió a defender ayer que la mejora de la economía permite adelantar la rebaja del IRPF, con un impacto de 1.500 millones en la recaudación, sin comprometer el objetivo de reducción del déficit público. El PSOE, Podemos e IU acusaron a Rajoy de utilizar el impuesto con fines claramente electorales.
