El presidente de EEUU, Barack Obama, analizó hoy la situación en Grecia en sendas conversaciones telefónicas por separado con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y con la canciller alemana, Angela Merkel, informó la Casa Blanca.

Obama "empezó su día con una conversación telefónica con la canciller Merkel" seguida de otra llamada a Tsipras, según explicó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia de prensa diaria.

"Las conversaciones reflejaron la opinión que ya expresé ayer: que todas las partes reconocen que hay un interés mutuo y colectivo de que Grecia permanezca en la zona euro, pero la única forma es que todas las partes acuerden un paquete que ponga a Grecia en el camino hacia la sostenibilidad" financiera, añadió Earnest.

Estados Unidos tiene una preocupación creciente por la crisis griega, con llamadas continuas a Grecia y otros países europeos para pedir un compromiso, debido a las potenciales implicaciones geopolíticas y la aproximación de Atenas a gobiernos menos cercanos a Washington, como los de Moscú y Pekín, en busca de ayuda financiera.

El presidente de EEUU, Barack Obama, y su secretario del Tesoro, Jack Lew, han subrayado que han seguido "de cerca" la evolución de la crisis con numerosas llamadas a gobernantes europeos, como la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, o el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

Tanto Obama como Lew han instado de manera repetida a todas las partes, incluidos los acreedores internacionales y el Gobierno de Tsipras, a que alcancen un acuerdo que incluya reformas estructurales por parte de Atenas y una discusión sobre el alivio de la deuda griega.

Es en este punto en el que EEUU ha chocado con los europeos, especialmente Alemania, que se opone a una reestructuración de la deuda griega. Tras la victoria del no en la consulta popular del domingo, que el Gobierno griego ha defendido como una victoria rotunda de su oposición a los programas de austeridad, Washington reafirmó su perspectiva.

"El referendo ha pasado, y nuestra visión no ha cambiado. Grecia debe seguir en la zona euro (...) pero necesita un paquete de reformas y financiación, las necesidades son las mismas", afirmó el lunes Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.

A continuación, la Casa Blanca informó de que Obama había conversado telefónicamente con Hollande para tratar la situación de Grecia y coincidieron en la necesidad de "encontrar un camino que permita el retorno a las reformas y al crecimiento" de ese país.

De fondo, el peso geopolítico de Grecia, un miembro de la OTAN considerado esencial para la estabilidad de los Balcanes, vecino de Oriente Medio y puerta de entrada de inmigrantes.

Desde su llegada al poder en enero, Tsipras ha marcado distancias con los socios europeos y ha dejado caer que podría buscar asistencia financiera en otras plazas, como Moscú, donde ha viajado en varias ocasiones, o Pekín.

Washington lo último que quiere ver es a una Grecia alejándose de Europa y acercándose a Rusia, en un momento de renovadas tensiones entre Washington y Moscú por la crisis de Ucrania.