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RUPERTO IGLESIAS | Presidente de la Confederación Española de Sociedades Laborales (Confesal)

"Faltan medidas para que empleados de empresas en crisis se unan y las refloten"

"La nueva ley sobre sociedades laborales que prepara el Gobierno facilitará la contratación de personal, pero carece de incentivos fiscales"

Ruperto Iglesias, en Oviedo. JULIÁN RUS

El ovetense Ruperto Iglesias asumió hace unas semanas la presidencia de la Confederación Empresarial de Sociedades Laborales (Confesal) de España, la patronal nacional de este tipo compañías donde son los trabajadores los que asumen también la gestión. Firme defensor de que la unión hace la empresa, asegura que esta modalidad de trabajo, en la que se incluyen también las cooperativas, ha resistido mucho mejor la crisis que las compañías tradicionales. El Gobierno prepara ahora una reforma legislativa sobre este sector para, entre otras medidas, facilitar la contratación de nuevo personal. Iglesias es también presidente de la Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Social y Economía Social (Asata).

-¿En qué van a consistir los cambios legislativos que el Gobierno prepara sobre el sector?

-Dará más flexibilidad a la contratación de personal. En la ley actual eso está muy limitado. El nuevo proyecto, manteniendo que la mayor parte del capital social tiene que estar en manos de los socios trabajadores, da un mayor margen para que las empresas puedan crecer y desarrollarse sin el encorsetamiento de que cada uno que entre en la empresa tenga que ser propietario. Hay otro aspecto muy novedoso que es que se ofrece la posibilidad de crear la sociedad laboral con sólo dos personas, hasta ahora uno de los requisitos era que ningún socio podía tener más de un tercio del capital social, y eso daba pie a operaciones de marketing buscando socios ficticios. Ahora se podrá crear con dos con un capital del 50%, y en el plazo de 36 meses o cuando se produzca un crecimiento de la sociedad volver a cumplir los requisitos que marcaba la ley. Es un incentivo en el nacimiento. También se flexibiliza más la transmisión de las acciones y participaciones haciendo el proceso menos farragoso. En la actual ley se incluyen plazos muy largos.

-¿Le falta algo?

-La ley tiene un déficit y es que el Ministerio no ha querido hablar de incentivos fiscales para este tipo de sociedades. No hemos conseguido convencerles.

-¿Pero se mantiene la esencia de este tipo de compañías?

-Uno de los elementos fundamentales era mantener el propósito de que la sociedad laboral es una empresa participada mayoritariamente o propiedad de los trabajadores. Lo que sí se abre es la posibilidad de contratar. Había sociedades laborales que se fundan con tres personas y que contrataban a un trabajador y ya tenían un problema. La propia ley estaba poniendo freno a la creación de empleo.

-¿Cómo ha aguantado la crisis este sector en Asturias?

-En líneas generales ha resistido bastante bien. Como a todos nos ha afectado la crisis. Pero entre 2008 y 2014 el sector en Asturias perdió ocho puntos menos de empleo que la economía en general.

-¿Hay casos de empresas en crisis que se conviertan en sociedades laborales para salir de su situación?

-Siempre hemos reivindicado que una de las salidas de muchas empresas que están en crisis era de crear una empresa de economía social. Sí es verdad que la normativa concursal no ayuda en nada en este sentido. Faltan medidas para que en aquellos casos en los que las empresas son viables los trabajadores puedan unirse para seguir trabajando y manteniendo su puesto, y reflotar la compañía.

-Pero, ¿eso ha ocurrido durante estos años?

-Hay algunos casos, menos de los que nos gustaría. El problema es que los que ha habido han sido proyectos muy pequeñitos. Lo que ha faltado es ese proyecto tractor, estrella, que es el que tiene la repercusión pública, y que sirve de espejo en el que mirarse. Como patronal hemos estado en distintos proyectos donde se estudió la viabilidad y había un colectivo de trabajadores que querían continuar, pero en muchos casos fue imposible. En Carpintería Benito tuvimos un proyecto muy avanzado con trabajadores que querían seguir con la empresa, lo mismo con el Hotel León? Son empresas que sí que podrían ser tractoras y ejemplo para otras.

-¿Cuál es el problema que se encuentran a la hora de dar el paso?

-Es variado. En algunos casos derivados del concurso de acreedores, que no ayuda, y en otros originados por la falta de financiación en un momento determinado. Pero todas con un nexo común y es que faltan medidas que posibiliten que cuando un colectivo de trabajadores que tienen un proyecto viable para sacar adelante a una empresa en crisis lo puedan hacer.

-¿Qué ventajas tiene la gestión de una sociedad laboral?

-Son empresas que se basan en las personas y en valores. Las personas están por encima del capital. La solidaridad, la igualdad, el apego al territorio están presentes en el día a día de la sociedad. El objetivo prioritario no es maximizar el beneficio. Ése es uno de los factores clave de que hayan aguantado mejor la crisis.

-¿Es más fácil tomar ajustes?

-Los tomamos nosotros mismos porque la mayoría del capital es de los socios y de los trabajadores.

-¿Desde el Gobierno se promueven poco este tipo de compañías?

-Nuestra reivindicación histórica es pedir un apoyo más decidido y la puesta en marcha de medidas más claras para el mantenimiento y el desarrollo de este tipo de compañías.

-¿Mantener la actividad también cuesta?

-El tamaño medio de este tipo de sociedades no llega a cinco o seis personas. Con tamaños tan pequeñitos hay problemas cuando se quiere hablar de internacionalización o de innovación y abrirse a nuevos mercados. Al final, se convierten en un lastre y en un peso pesado de llevar.

-¿Tienen algún perfil determinado estas compañías?

-Están en todos los sectores. Son transversales.

-¿Cuáles son sus objetivos como presidente de la patronal nacional, Confesal?

-Queremos potenciar el desarrollo asociativo en todas las comunidades españolas, pero sobre todo con una finalidad clara que es velar por las empresas del sector. Otra cuestión es completar el desarrollo legislativo. Vamos a seguir poniendo enmiendas al proyectos antes de que se apruebe de forma definitiva, y reclamar la implantación de incentivos fiscales.

-¿Qué previsiones maneja para el sector?

-Las estadísticas nos dicen que estamos creciendo a un ritmo superior al de la empresa convencional. Evidentemente, la situación económica ya no es la que había hace unos años. Los proyectos empresariales siguen desarrollándose con dificultades. Siguen existiendo problemas financieros.

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