El fabricantes lácteo asturiano Capsa ha vuelto a la pelea nacional del yogur con su primera marca: Central Lechera Asturiana (Clas). El grupo asturiano, líder nacional en leche, nata y mantequilla, es fabricante de yogures desde 1973, pero en 2008, coincidiendo con el estallido de la crisis económica, decidió replegar sus yogures a la zona noroeste de España, en la que tiene una consolidada posición como segunda marca de fabricante, con una cuota superior al 15% del mercado.
Ahora, y en una ofensiva de relanzamiento de todas sus categorías de producto, la compañía ha vuelto a la distribución nacional de este derivado lácteo con una de las dos recientes reformulaciones de sus yogures: la variante en unidades individuales con un formato novedoso de 125 gramos, de la que por ahora fabrica nueve referencias de sabores. Del resultado de la operación dependerá el despliegue de otras de sus modalidades en yogures.
El retorno a la lid nacional forma parte de la estrategia de la compañía, que aspira, según algunos directivos, a ser líder en todas las variedades lácteas. A esto se suma las dificultades por las que pasa el sector, con caída de precios y de márgenes, y repliegue de ventas. Capsa -fabricante de Central Lechera Asturiana, Larsa y Ato- mantiene crecimientos en sus principales negocios, sobre todo con su marca líder, pero en un contexto de endurecimiento general del mercado por los excedentes de producción y por las menores exportaciones europeas a China y Rusia.
En este contexto, los fabricantes intentan generar márgenes impulsando los productos con mayor valor añadido. El yogur, donde reinan las marcas blancas y el líder (Danone), está asistiendo a una proliferación de nuevos operadores cuando el mercado se está achicando. Alimarket estimó que en 2014 la venta de yogur en hipermercados y supermercados se redujo en 51.400 toneladas (hasta las 740.818) y la facturación en 219 millones de euros (hasta los 1.687 millones). A las nuevas marcas de pequeños elaboradores se han sumado este año dos grandes fabricantes de postres (Dhul y Reina), dispuestos a hacerse un hueco en el yogur; la potenciación de otras, como Ultzama (yogur de oveja), y la entrada en España de la estadounidense Schreiber Foods, que compró la fábrica tinerfeña de Danone y Senoble Ibérica, con factorías en Talavera y Noblejas.
