El despliegue de la tecnología de telefonía móvil de cuarta generación (4G) amenaza con ocasionar interferencias en la televisión digital terrestre (TDT) de miles de hogares asturianos. El encendido de las nuevas frecuencias de telefonía podría interrumpir la señal de la televisión en viviendas que estén cerca de la frontera con otra comunidad autónoma o próximas al mar y, sobre todo, casas unifamiliares o edificios con pocas viviendas que carecen de antena colectiva.
Tal es la previsión de que pueda haber interferencias con el despliegue de la red 4G que las operadoras de telefonía y la compañía Elecnor han puesto en marcha una sociedad conjunta, denominada Llega800, para dar asistencia a los afectados. Además, las empresas de telefonía van a realizar la implantación de la tecnología de última generación (que permite una transmisión de datos mucho más veloz) de una forma más lenta de lo que inicialmente tenían previsto, según resaltaron algunas fuentes del sector.
La única forma de evitar estas interferencias es instalar un pequeño filtro que se coloca entre la antena individual y el receptor de televisión, y que cuesta entre 50 y 80 euros. Una pieza de la que se harían cargo los operadores de telefonía si en los primeros seis meses del despliegue de la red hay algún fallo. Lo que no está tan claro, critican los antenistas, es qué puede ocurrir una vez transcurrido ese tiempo, ya que, en principio, deberían de ser los usuarios quienes corran con los gastos para corregir el problema.
Las más afectadas pueden ser las casas unifamiliares, que en Asturias se cuentan por miles, ya que no estuvieron obligadas a adaptar sus antenas durante el pasado año para tener una mejor recepción de la televisión digital ni pudieron optar a las subvenciones para antenas colectivas. El presidente de la patronal asturiana de instaladores (Fenitel), Jaime Soto, señaló que "problemas de interferencias habrá seguro". Lo que no tienen tan claro es desde cuándo empezará a contar el tiempo de seis meses en el que las operadoras de telefonía tienen que hacerse cargo del problema. Los plazos plantean dudas.
Telefónica, Vodafone y Orange anunciaron a finales de julio que ya habían comenzado a ofrecer servicios sobre la red móvil en 4G en la banda de 800 megahercios (MHz). Se trata de una tecnología que, según las empresas, permite mejores coberturas en el interior de edificios y en las zonas rurales. El despliegue no se está llevando a cabo igual en todas las comunidades autónomas, sino que las compañías irán encendiendo las estaciones de una forma gradual. En el caso de Asturias, Orange ha incluido algunas partes de la región entre los primeros objetivos de su despliegue.
La banda de los 800 MHz estuvo ocupada por la TDT hasta el pasado mes de abril, cuando quedó liberada para que las operadoras pudieran ofrecer conexiones móviles de alta velocidad sobre tecnología 4G. Este sistema eleva significativamente la velocidad de descarga y envío de datos -fotos, vídeos y audios- y permite sacar el máximo partido a aplicaciones on-line, como los videojuegos.
El Gobierno obligó a las comunidades de vecinos a adaptar sus antenas para poder liberar ese espacio. Incluso ofreció incentivos para que los trabajos no tuvieran ningún coste adicional al realizar las obras que fueran necesarias.
Durante estas semanas de verano, Movistar ya ha ido encendiendo los primeros veinticinco nodos de esta banda de frecuencias en algunas zonas de costa, donde hay una mayor demanda de estos servicios debido a la llegada de turistas.
Jaime Soto, aunque augura que habrá problemas de interferencias, llama a la prudencia. "Habrá que ir esperando a ver cómo se va activando el servicio y cómo las operadoras dan solución a los problemas que puedan ir presentándose", destacó. Los problemas deben notificarse a Llega800.
