Manuel Conthe, expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) entre 2004 y 2007, reconoció ayer que la actuación del organismo supervisor que condujo a la disolución de la gestora de fondos de inversión asturiana Vetusta Wealth Managers partió de "una falsa alarma" y que fue un "error". No obstante, Conthe defendió su gestión en la CNMV, puso en cuestión la existencia de una supuesta trama corrupta en el seno de la institución para dar y quitar licencias para operar en los mercados y se ofreció a declarar ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía en el marco de la bautizada como "operación Parqué".

Según admitió el pasado miércoles la propia CNMV, la UDEF mantiene abierta una investigación sobre dos expedientes iniciados por el supervisor en 2005 y 2011. El primero de ellos se corresponde con Vetusta Wealth Managers, una gestora de fondos de inversión fundada por el asturiano Guillermo Menéndez Escandón, hijo de Manuel Menéndez Cabeza, que fue presidente de Alianza Popular en Asturias. A finales de 2006, la CNMV, bajo la presidencia de Conthe, abrió a Vetusta expediente de retirada de licencia para operar y meses después -cuando la gestora de fondos ya había cerrado por la pérdida de reputación ante sus socios (Banesto y el banco de inversión Piper Jaffray), había liquidado sus fondos y había despedido a sus 50 trabajadores- archivó el expediente sin sanción. "Arruinaron mi vida", señaló anteayer Guillermo Menéndez Escandón, que en 2007 presentó un querella contra responsables de la CNMV, pero no fue admitida a trámite.

El caso Vetusta se ha reabierto con la aparición de, al menos, otro similar, el de Dracon. Por ello la UDEF investiga una posible trama de corrupción en el seno del supervisor. "Es prácticamente imposible que la actuación de la CNMV respondiera a una trama corrupta de funcionarios. Yo pongo la mano en el fuego no solo por mí mismo y por el resto de los miembros del Comité Ejecutivo, sino por todos los funcionarios que conocí de la Dirección General de Entidades", escribió ayer Manuel Conthe en su blog en "Expansión".

A lo largo de su exposición, el expresidente de la CNMV señala que el caso de Vetusta le afecta "de lleno" dado que fue él quien en 2007 autorizó la suspensión sus actividades debido, entre otras cosas, a que no respondieron -"o solo lo hicieron tarde o parcialmente"- a diversos requerimientos de información que les dirigió la Dirección de Supervisión de Entidades de la CNMV. Conthe apuntó que ese hecho, unido a la compleja estructura societaria de Vetusta, con el grueso de su actividad de gestión basado en Irlanda, "encendió las señales de alarma" en la CNMV, una institución que "había sido criticada por permitir los fraudes de AVA y Gescartera".

"Ante esos temores, a la vista de la falta de información fiable sobre la verdadera situación de los fondos y de la falta de colaboración de los directivos de Vetusta, yo mismo di el visto bueno a la propuesta de suspensión provisional de la actividad de Vetusta que, si la memoria no me falla, sometí, como era lógico y preceptivo, a la aprobación del comité ejecutivo de la CNMV", apuntó Conthe, que añadió que no hubo discrepancias.

El expresidente de la CNMV subrayó que "el objetivo de cualquier supervisor sensato no es sancionar, sino evitar peligros de fraudes" y añadió que una vez que la CNMV intervino Vetusta -con el correspondiente daño comercial y reputacional- obtuvo toda la información que le faltaba y descubrió que, pese a que se habían cometido varias infracciones, el caso constituyó "una falsa alarma, de esas que los estadísticos llaman error de tipo 1, es decir, dudar de un hecho verdadero, en este caso la inexistencia de fraude". No obstante, Conthe señala que "la actuación temprana de la CNMV estuvo justificada" a la vista del temor de que Vetusta fuera "un fraude" y con "el deseo de proteger a los clientes de la entidad".