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Las prestaciones amortiguaron el hundimiento de los salarios y otras rentas

Nivel bajo. En el resto de los municipios, un total de 47, las rentas primarias de los hogares se quedan por debajo de la media de la región. Es un conjunto heterogéneo que comprende nueve de los diez municipios de las comarcas mineras del Caudal y del Nalón, la mayor parte del Occidente y casi todo el interior del Oriente. Las Asturias más pegadas al carbón y al campo, generalmente también las más envejecidas, conforman este gran grupo en el que por lo común sobresale el altísimo peso de las pensiones en los ingresos de las familias. A partir de los datos reunidos por Sadei, se puede determinar que en 24 concejos asturianos las prestaciones sociales representan al menos el 30% de la renta disponible que suman los hogares. Tal lista incluye a territorios como Mieres, Aller o San Martín del Rey Aurelio, donde el nivel de vida se asienta sobre las pensiones y prejubilaciones mineras. También a numerosos concejos rurales donde las pensiones, aunque mucho más modestas que las del carbón, sostienen a poblaciones muy envejecidas y con muy escasa actividad (Pesoz, Quirós, Ponga, Peñamellera Alta, Santo Adriano...).

La relevancia de estas zonas, las más dependientes de los mecanismos de distribución de la riqueza a través de las prestaciones sociales, explica en buena medida uno de los rasgos generales de la estructura de la renta en la región: la importancia creciente de las pensiones y subsidios para las economías familiares, que se ha agudizado durante la crisis. Sadei destaca cómo el peso de los ingresos netos procedentes de prestaciones sociales en efectivo (una vez descontadas las cotizaciones que aporta la región al sistema) equivale ahora al 18% de la renta disponible, "cuatro puntos más que en 2010 y prácticamente el doble que en 2008".

"Las prestaciones sociales en efectivo sostienen en alguna medida la renta de los hogares", escriben los analistas de Sadei. Mientras los ingresos del trabajo y la actividad empresarial bajaban el 7% en 2012, los ingresos en prestaciones subían el 5%. La dependencia de las pensiones, retratada a menudo como una evidencia del déficit productivo de Asturias y de sus vulnerabilidades, ha actuado como un amortiguador que atenuó el severísimo impacto de estos años de crisis en el empleo, en los salarios y en las ganancias de los negocios.

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