La patronal y los sindicatos del sector de la industria metalúrgica asturiana, que da empleo a casi 22.000 trabajadores, están cerca de llegar a un preacuerdo sobre el convenio colectivo, con vigencia para 2015 y 2016, y que, de confirmarse -previsiblemente el próximo martes-, desactivaría el plan de movilizaciones laborales previstas y daría un margen de tiempo para intentar cerrar el acuerdo definitivo, lo que las partes pretenden que ocurra -si lo aprueban en su momento las asamblea de Femetal y las de delegados de UGT y CC OO- en un plazo aproximado de un mes, según algunas estimaciones.

El esbozo del preacuerdo en el que se trabaja, y sobre el cual existe ya un entendimiento, supondrá una subida salarial análoga a la prevista en el reciente acuerdo de negociación colectiva suscrito, a nivel confederal, por CEOE, UGT y CC OO: un incremento salarial del 1% en 2015 y del 1,5% en 2016.

Con esta propuesta ambas partes ceden en sus posiciones. Los sindicatos reclamaban entre el 2% y el 2,5%, de forma respectiva. La patronal se movía en el horizonte del 1% al 1,5%, pero pretendía que se contabilizasen como parte de la subida los incrementos salariales derivados del complemento de antigüedad.

Al final, la antigüedad continuará como hasta ahora si finalmente el acuerdo se materializa y también se mantendrá la cláusula de revisión salarial que ya existía en el anterior convenio para el supuesto de que el IPC se incremente más de lo que haga el salario. También se preservará la condición de ultraactividad, que fue derogada en España con la reforma laboral de 2012: el convenio que ahora se firme para 2015-2016 continuará vigente hasta tanto no se negocie y pacte otro nuevo que lo sustituya una vez que haya vencido.

La patronal ha flexibilizado su posición en estos aspectos de la negociación y, a cambio, ha enfatizado los factores ligados a la búsqueda de un compromiso con los sindicatos que favorezca la competitividad del sector metalúrgico asturiano a medio y largo plazo.

Uno de los aspectos atañe a la flexibilidad horaria. Sobre esto hay negociaciones y búsqueda de entendimiento, aunque aún no hay un acuerdo pleno. El anterior convenio, que estuvo vigente hasta el pasado 31 de diciembre, ya recogía 80 horas de jornada irregular. Ahora los empresarios pretenden ampliarlas a 150. De momento los sindicatos parecen aceptar una ampliación pero no de 70 horas adicionales, sino de la mitad (35), hasta un total de 115. Este es un extremo sobre el que aún deben volver los negociadores.

Los empresarios justifican esta demanda para ahorrar costes y mejorar la competitividad: de disponer de más flexibilidad horaria, las empresas puede reducir el número de horas extraordinarias (más caras) para dar salida y atender a los aumentos súbitos y coyunturales de la demanda. La mayor flexibilidad también les eximiría del coste del circulante para financiar "stocks", dado que dispondrían de mayor flexibilidad para acompasar la producción al volumen de pedidos. Una mayor disponibilidad de horario flexible minimizaría a su vez el recurso a los expedientes de regulación de empleo en los periodos de baja carga de trabajo.

Sobre la movilidad interna y la de trabajadores al extranjero por contratos de obras en el exterior se ha alcanzado el compromiso de crear una comisión paritaria que resuelva estos casos y, en caso de discrepancia, las partes se comprometen a aceptar una mediación.

Femetal y los sindicatos también se comprometen a abordar la formación continua de los trabajadores y el aprendizaje de los jóvenes que se incorporen a las plantillas para adaptarse a los cambios tecnológicos y afrontar el desafío de la competencia internacional. Para definir ambos objetivos y su efecto sobre la escala salarial y las categorías profesionales, las partes se comprometen a constituir una comisión de especialistas en aprendizaje y formación, categorías laborales y estructura salarial para que estudien cómo están organizadas las empresas afines de otros territorios y países competidores. Las conclusiones del estudio y las propuestas que dimanen de él se plantearán en la negociación del próximo convenio colectivo. Se pretende que sirva como "plan de acción conjunto" por la competitividad del sector asturiano. Las discrepancias también se dirimirán con un mediador.