La planta regasificadora de El Musel, propiedad de Enagás y acabada y sin uso desde el otoño de 2012, seguirá cerrada "mientras no haya demanda suficiente de gas natural." El Secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, fue contundente con respecto a la planta gijonesa durante la entrevista que mantuvo ayer en Madrid con el consejero de Empleo del Principado, Francisco Blanco, que acudió al Ministerio de Industria acompañado del director general de Energía y Minas, Isaac Pola.

"Al contrario de lo que ocurre en otras comunidades -refiriéndose al País Vasco y su planta regasificadora de Bilbao- el Gobierno sigue supeditando la entrada en servicio de la planta de El Musel a la demanda de gas. Ni siquiera contempla el ejecutivo central temas de garantía de suministro ni aprovechar una infraestructura existente... Su utilización está absolutamente condicionada al mercado y a la demanda de gas, que no ha sido el criterio que ha imperado en otras plantas como la de Bilbao, construida con posterioridad, y que ya está en funcionamiento", afirmó ayer en Madrid Francisco Blanco tras su reunión con Alberto Nadal. "La demanda es la misma para Asturias que para Bilbao", añadió el Consejero de Empleo, que apuntó que "sin embargo allí si que funciona la regasificadora y nosotros tenemos que estar dependiendo de la demanda".

Blanco apuntó que "no es previsible que aumente a corto plazo" la demanda de gas vistos los informes que se manejan. La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), encargada de la supervisión del mercado energético, realizó el pasado julio, por encargo del Gobierno, un informe que es preceptivo antes de que el Ministerio emita su propio dictamen sobre las previsiones de ingresos y costes del sistema de gas natural. El trabajo de la CNMC precisa que, para la revisión de las estimaciones del período 2015-2020, "no se ha considerado la entrada en funcionamiento de la regasificadora de El Musel". Esto es, los estudios sobre cómo evolucionará el sistema durante ese período desde el punto de vista económico y financiero parten de la hipótesis de que España tendrá en servicio seis regasificadoras en la península (Ferrol, Bilbao, Barcelona, Cartagena, Sagunto y Huelva) y una en Canarias (Tenerife), que se estrenará a partir de 2018 y que supondrá la llegada del gas natural al archipiélago.

En principio, la planta gijonesa no está considerada más que a efectos de los costes que tiene la planta estando cerrada y que se sufragan con cargo al recibo de los consumidores. "La planta de El Musel sigue en hibernación, totalmente sometida a la necesidad de gas y no es previsible que entre en funcionamiento en el corto plazo", señaló ayer Francisco Blanco, que solicitó a Industria la puesta en marcha de la regasificadora y el ramal de distribución desde el gasoducto El Musel-Llanera hasta Arcelor para posibilitar el suministro de gas a la industria.

El Gobierno decidió la hibernación de la planta de El Musel, que costó en su día 380 millones de euros, porque la caída de la demanda de gas natural no justificaba su funcionamiento y porque la aparición de un déficit incipiente en el sistema gasista desaconsejaba la entrada en servicio de nuevas infraestructuras. Sin embargo, el Ministerio de Industria sí permitió a principios de este año que la planta de Bilbao, participada por Enagás y también por el Gobierno vasco, estrenara su ampliación, un tercer tanque de almacenamiento de gas natural licuado con 150.000 metros cúbicos de capacidad, el mismo volumen que permiten almacenar cada uno de los dos depósitos construidos en El Musel.