El consorcio alemán Volkswagen, el mayor constructor automovilístico del mundo, designó nuevo presidente de la multinacional a Matthias Müller, hasta ahora presidente de Porsche, una de las marcas del grupo. Müller sustituye a Martin Winterkorn, quien dimitió por el escándalo de la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en vehículos diésel de la compañía. Müller dijo ayer que el fabricante asumirá su responsabilidad y que bajo su mandato se trabajará para recuperar la confianza en la compañía y en el prestigio de sus marcas.

El consorcio automovilístico pidió perdón en España por el caso y dijo que asumirá los costes derivados de las correcciones que se deban aplicar en los coches.

La reorganización de la alta dirección ha supuesto la designación del hasta ahora presidente de Seat (filial española de Volkswagen), Jürgen Stackmann, como nuevo vicepresidente de Ventas, Mercadotecnia y Posventa de Volkswagen. Para presidir Seat, el grupo se ha decantado por el actual responsable de Ventas de Audi, el italiano Luca de Meo.

La profunda reorganización de la alta dirección del fabricante alemán no ha afectado a Michael Horn, presidente y consejero delegado del grupo en EE UU, donde se destapó el escándalo de las manipulaciones de las emisiones polucionantes.

El caso va a conllevar más cambios. El consejo de vigilancia del grupo ha recomendado la "suspensión inmediata" de varios de sus empleados, a raíz de la información recopilada en relación con el caso de manipulación.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA), que destapó el caso a partir de unos estudios independientes previos, comunicó a los fabricantes de automóviles que endurecerá los tests de emisiones y que realizará pruebas adicionales a "cualquier vehículo", con el objetivo de encontrar "potenciales dispositivos manipulados".

La Unión Europea contará desde enero con nuevos sistemas de control para medir "en condiciones reales" las emisiones contaminantes de los vehículos a motor. Estos exámenes sustituirán las pruebas en laboratorio que se realizan en la actualidad. Con ello se pretende impedir que se truquen los motores. Las instituciones europeas sabían al menos desde 2010 que las pruebas en el laboratorio y con el coche detenido ofrecen datos que "difieren" de las emisiones en circulación, según admitieron fuentes comunitarias, aunque aseguraron que no habían detectado indicios de fraude.

La Agencia Tributaria española estudiará posibles reclamaciones por el Impuesto de Matriculación, ya que los modelos que emiten menos de 120 gramos de dióxido de carbono por kilómetro están exentos de pagar este tributo en España. Varias organizaciones de consumidores y ecologistas han iniciado varias acciones.