El Gobierno intervino ayer en el conflicto por las nuevas comisiones de los cajeros automáticos de la banca con un decreto que veta explícitamente la posibilidad de que un consumidor tenga que pagar doble tasa por el uso de la terminal de una entidad que no es la suya. La norma sí abre la puerta a que los bancos se cobren entre sí una tasa mayor que la actual y que la repercutan sobre los clientes.

La llamada "guerra de los cajeros" se desencadenó a raíz de que Caixabank comenzara a aplicar el pasado marzo el cobro de dos euros a quienes, no siendo sus clientes, utilizan sus cajeros para sacar dinero. Esa comisión se superponía otra que ya pagaban los usuarios: cuando se utiliza un cajero de una entidad ajena, ésta pasa un cargo al banco emisor de la tarjeta que a su vez la suele repercutir en su cliente.

El real decreto que ayer aprobó el Consejo de Ministros y que hoy entra en vigor acaba con el riesgo de doble comisión. Así, el banco propietario del terminal no podrá cobrar una comisión directamente al cliente, pero sí a la entidad emisora de la tarjeta, que podrá repercutir o no esta tasa al usuario, de forma total o parcial. Esto es, cabe la posibilidad de que el cliente termine pagando, no dos comisiones, pero sí una de mayor o en su caso menor cuantía que la actual.

Ahí la regulación no establece límites. El Gobierno indicó que el propietario del cajero y el banco emisor de la tarjeta podrán pactar libremente la comisión a pagar por este último. En caso de que no alcancen un acuerdo, prevalecerá el criterio del propietario de la máquina. Este es un cambio relevante. En la tasa actual (llamada "de intercambio") debe haber entendimiento entre el banco emisor de la tarjeta y el propietario del cajero. A partir de ahora, en caso de desacuerdo la comisión la fijará esa última entidad. Esto es, Caixabank o cualquier otra entidad podrá establecer la comisión de los dos euros y pasar la factura al banco del titular de la tarjeta. Luego quedará a criterio de cada entidad financiera si traslada el cargo o no a sus clientes.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, se mostró "convencido" de que algunos bancos no repercutirán la tasa a sus clientes y defendió que el nuevo sistema fomentará la competencia y conllevará a una "muy rápida" reducción de las comisiones actuales en España. Varias organizaciones de consumidores expresaron la opinión contraria.

En el caso de que la retirada de efectivo sea a débito, el banco emisor de la tarjeta sólo podrá repercutir al cliente la comisión satisfecha al dueño del terminal, pero no podrá cobrar ninguna comisión o gasto adicional. Si la extracción de dinero es a crédito, el Gobierno contempla que la emisora de la tarjeta pueda cobrar un importe adicional a la tasa cobrada entre bancos, ligada a la concesión del crédito. .

La banca tiene de plazo hasta el 1 de enero de 2016 para adaptarse a esta nueva normativa. CaixaBank anunció que dejará de cobrar desde hoy la comisión de dos euros que aplica desde marzo.