Volkswagen tomará medidas "dolorosas" y revisará al milímetro su plan de inversiones para intentar sortear las consecuencias financieras que el escándalo de la manipulación de los motores le pueda suponer. Este cambio de estrategia empresarial, que anunció ayer el nuevo presidente del gigante industrial, Matthias Müller, podría tocar de lleno a las inversiones que estaban previstas para las plantas que el grupo tiene en Martorell (Barcelona) y la Lanbaden (Navarra). De unos 4.200 millones. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó su "preocupación" ante la posibilidad de que la firma automovilística pueda retractarse de ese desembolso.

En una multitudinaria asamblea celebrada en Wolfsburgo y en la que participaron 20.000 empleados y representantes de plantas extranjeras, Matthias Müller, advirtió de que la empresa deberá de realizar "ahorros drásticos" y aseguró que "se hará todo lo posible" para mantener los puestos de trabajo.

"Seré muy claro: esto va a ser doloroso", advirtió el flamante presidente del conglomerado industrial tras avanzar que se iba a reajustar el plan de mejoras y eficiencia que había diseñado su predecesor en el cargo, Martin Winterkorn. Esto implicará, explicó, revisar todas las partidas que estaban previstas y "cancelar o aplazar las que no sean estrictamente necesarias".

El mayor fabricante de vehículos del mundo, con 60.000 empleados, había anunciado un plan de inversiones de 85.600 millones a realizar entre los años 2015 y 2019 para llevar a cabo nuevos modelos y tecnologías más eficientes y respetuosas con el medioambiente. Müller reconoció que todavía no se pueden prever los "inmensos daños financieros" que puede generar la manipulación de los motores diesel de once millones de vehículos en todo el mundo (683.626 de ellos en España) para eludir los controles ambientales y prometió una aclaración "rápida y sin miramientos" de lo sucedido.

El objetivo, clave para el futuro del grupo, es recuperar la confianza de clientes e inversores, punto con el que coincidió el presidente del comité de empresa del grupo, Bernd Osterloh. En opinión de este último, es "una buena noticia" que por el momento no haya consecuencias en el empleo, aunque todavía no puede saberse si la manipulación afectará a medio o largo plazo a los puestos de trabajo. "Como comité de empresa vigilaremos que esta crisis causada por un círculo de directivos no se cargue sobre las espaldas de los trabajadores", afirmó ante sus compañeros.

"Ahora se plantean muchas dudas y aquí hay intranquilidad por el empleo", apuntó desde Wolfsburgo el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, quien pidió cautela hasta que se sepa si los nuevos planes afectan a los 3.300 millones que el grupo se ha comprometido a invertir en la planta de Seat en Martorell hasta 2019. Respecto a los pasos que se están dando desde que el escándalo salió a la luz, el presidente de Volkswagen señaló que en breve la empresa comunicará a las autoridades soluciones técnicas para subsanar las manipulaciones y solicitará la autorización pertinente para aplicarlas.

Según avanzó, en algunos casos será suficiente una modificación del software, pero en otros se necesitará reparar también el hardware. "Mantendremos informados a nuestros clientes en todo momento sobre las medidas y se acordarán citas con los talleres", explicó.

Mariano Rajoy aseguró, tras conocer los planes de la empresa, que "me preocupa pero los desconozco absolutamente".