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Petróleo, euro, BCE, turismo y la relajación por la UE de los recortes ayudaron al PIB

Ahora, otros estímulos excepcionales, y por definición transitorios, están contribuyendo al resurgir español. El riesgo es que, en la medida en que se debiliten, sustraigan tasas de crecimiento a un país que necesita crecer de forma imperiosa, y además mucho, para absorber a 4,09 millones de parados registrados (5,15 millones, según la encuesta de población activa) y para pagar unas deudas que, en su conjunto, suman el 313% del PIB.

Los nuevos estímulos son en su mayoría externos pero están tirando de la demanda interna porque se traducen en aumentos de la capacidad adquisitiva. Y aunque son comunes para muchos países, no a todos les beneficia como a las economías del sur de Europa.

Circunstancias favorables. La caída de los tipos oficiales de interés en la Eurozona al inédito 0,05% favorece sobremanera a los países con las empresas y familias más endeudadas de Europa, caso de España, mientras que perjudica a las naciones que son ahorradoras en términos netos como Alemania. Lo que para España es un estímulo que fomenta la inversión y el consumo (el descenso de los costes financieros libera renta de los ciudadanos hipotecados y reduce los costes de las empresas) para otros supone una merma de sus ingresos financieros.

La expansión monetaria del BCE, con la compra de 60.000 millones mensuales de deuda pública y privada de los países del euro, se hace en proporción al peso de cada país (España es la cuarta mayor economía del área) pero, en la medida en que esta actuación extraordinaria -junto con otras decisiones, como la unión bancaria europea- está reduciendo los diferenciales de riesgo entre los países socios, los más beneficiados son aquéllos que acumulan mayores endeudamientos y estaban más expuestos a la elevación de sus primas.

Como dijo el 23 de septiembre en el Senado Luis María Linde, gobernador del Banco de España, que "la transmisión de los impulsos expansivos a los distintos países esté siendo más homogénea, beneficia en particular a los que, como el nuestro, padecieron en mayor medida los efectos negativos de la fragmentación de los mercados financieros europeos".

Los países que, como España, más deuda tienen que refinanciar, son los que están experimentando un mayor alivio por la heterodoxa política monetaria que el BCE impulsó desde el año pasado y que intensificó en marzo.

El debilitamiento consiguiente del euro es otro factor común para todo el área pero está ayudando a exportar mucho más a aquellas economías con propensión tradicional -como España- a incurrir en saldos comerciales negativos con el exterior por una ligazón atávica -que aún no se ha roto- y que dispara las importaciones en cuanto repunta la economía. En el extremo contrario, Alemania fue capaz de erigirse en una de las tres mayores potencias exportadoras del mundo incluso con el euro muy apreciado.

El abaratamiento del petróleo beneficia a todos los países consumidores, y en particular a Europa, como dice el FMI en su informe "Weo". Pero de los países europeos, los más beneficiados son España, Italia, Portugal y Bélgica, según el Instituto Elcano y otras fuentes, porque tienen la mayor dependencia energética del exterior. España sólo produce el 0,2% del crudo que consume. Según el banco central de Suecia (Risbank), el déficit exterior energético español equivale al 3,75% del PIB, casi el doble que el de Alemania (2%). Por su especialización productiva y menor dotación tecnológica, España tiene además una baja eficiencia energética y precisa consumir más energía que otros países análogos por unidad del PIB. La actual cotización del crudo ha permitido a España atesorar hasta agosto 13.110 millones y se estima en 20.000 millones el ahorro en el conjunto del año, todo lo cual libera recursos que quedan disponibles para gastar, invertir o reducir deuda.

La relajación de la exigencia de austeridad en Europa comenzó en 2012, cuando la UE accedió a dulcificar a España los ritmos de reducción del déficit fiscal. Lo mismo se hizo luego con Francia y otros países. Esto ha permitido aumentar el gasto y empleo públicos para apuntalar la recuperación con medidas keynesianas no declaradas. Que el Estado vaya a aumentar su endeudamiento con un crédito para devolver a los funcionarios en año electoral la paga extraordinaria suprimida en 2012 tiene el mismo fin de estímulo al consumo. Lo mismo ocurre con la anticipación de las dos rebajas del IRPF, que aliviará este año a los españoles 8.405 de los 28.301 millones en que el actual Gobierno aumentó el conjunto de los impuestos desde el 30 de diciembre de 2011.

El pacto de los democristianos alemanes con los socialdemócratas supuso la instauración en Alemania del salario mínimo desde 2014, y esto, junto con otros factores, acrecentó el consumo en el país, uno de los principales destinos exportadores españoles.

La afluencia de turistas a España, en niveles récord, se vio a su vez impulsada por la conflictividad en muchos países competidores de la cuenca mediterránea. A estos factores del exterior se sumaron las reformas internas.

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