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Asturias paga cuatro veces más que la media de países ricos por sucesiones

La presión fiscal en la región es la más alta de España l El Principado traslada la responsabilidad al Gobierno central

Asturias paga cuatro veces más que la media de países ricos por sucesiones

La presión fiscal del impuesto de sucesiones y donaciones es en Asturias la más alta del país y cuadruplica la media de la OCDE, organización multilateral de la que forman parte los países más desarrollados, entre los que es habitual la existencia de este tributo, aunque a menudo con tipos efectivos inferiores a los que se dan en España. La carga tributaria sobre los herederos españoles está marcada por la dispersión autonómica. La competencia entre regiones por captar o retener los patrimonios elevados ha conducido a un mapa en el que el Principado figura, junto a Murcia y Andalucía, entre las regiones donde quienes heredan por un valor superior a 150.000 euros pagan más impuestos. El Gobierno asturiano responsabilizó ayer al Ejecutivo central de esas diferencias por no haber abordado una reforma tributaria que armonizara los impuestos.

El tributo de sucesiones y donaciones existe en 28 de los 35 países de la OCDE y también en la mayor parte de los que forman la Unión Europea, pero su importancia recaudatoria es muy pequeña en la mayoría de ellos. Según datos recogidos en el informe que elaboró un grupo de expertos para la última reforma fiscal en España, los ingresos por sucesiones equivalen por término medio al 0,12% del producto interior bruto (PIB) en la OCDE. El dato corresponde a 2010, pero en los años siguientes apenas aumento, según se deduce de la información estadística que tiene disponible en su portal de internet la organización que lidera el mexicano Ángel Gurría.

En España, donde se suelen recaudar cerca de 3.000 millones al año por sucesiones, la presión fiscal del tributo es igual al 0,23% del PIB. Y en Asturias, en 2010 fue del 0,466%, nivel que como promedio se mantuvo durante los años de la crisis. Esto es, la carga tributaria así medida es en la región dos veces la de España y casi cuatro veces la de la OCDE. Según otra información recogida por el Consejo General del Notariado en una de sus publicaciones, la presión fiscal sobre las herencias es en Asturias análoga a la de Francia, donde la recaudación del impuesto representa el 0,4% del PIB y se aplica un tipo nominal máximo del 40%. En Alemania, Reino Unido y sobre todo en Italia esa carga tributaria es muy inferior. Como lo es también en EE UU, donde sólo pagan los herederos que reciben por encima de 5,4 millones de dólares (4,7 millones de euros), a quienes se aplica un gravamen máximo del 40%.

Las diferencias entre lo que pagan los herederos asturianos y los de otras regiones se acentuarán en 2016 si el Principado no introduce alguna reforma. Galicia acaba de anunciar una bonificación que libera de tributar por los primeros 400.000 euros de la base imponible, lo que de hecho supone, según el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, eximir al 99% de los contribuyentes. Asturias ya es la comunidad del Noroeste donde se tributa más salvo que se cumplan tres condiciones: que el heredero sea cónyuge, hijo, nieto o padre del fallecido; que la base imponible sea inferior a 150.000 euros y que el patrimonio preexistente del heredero no supere los 402.678 euros. Si es así, el que hereda no paga nada. Galicia tenía hasta una bonificación menos generosa (125.000 euros). En Cantabria, las herencias modestas tienen el mismo trato que el resto: disponen de una deducción del 99%, de modo que pagan el 1% de la cuota. Y en Castilla y León, tributan como las demás.

Por encima de los 150.000 euros, los herederos pagan más en Asturias que en cualquiera de esas regiones. Según un ejemplo del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF), quien recibe un legado valorado en 800.000 euros, tributa 162.619 euros en Asturias, 111.480 en Castilla y León, 55.180 en Galicia y sólo 1.262 en Cantabria. En Madrid, la cuota tributaria sería de 1.586 euros. La presión fiscal de este impuesto y del IRPF ha sido subrayada por las organizaciones empresariales para explicar una tendencia creciente de sociedades mercantiles y personas físicas con patrimonios elevados a trasladar sus domicilios desde Asturias a Madrid.

El Principado trasladó ayer la responsabilidad de la competencia fiscal entre autonomías al Gobierno central. El portavoz del Ejecutivo asturiano, Guillermo Martínez, afirmó que las diferencias existentes en las comunidades autónomas deberían ser atajadas en una reforma fiscal de ámbito estatal. Asturias lleva años reclamando una armonización tributaria, mensaje que ayer reiteró el consejero de Presidencia y portavoz. "Nuestra postura es conocida, pedimos una cierta armonización en la reforma fiscal del Estado", afirmó Martínez, quien señaló que la rebaja de sucesiones en Galicia demuestra que hasta ahora en esa comunidad se pagaba más por ese impuesto. "Queda al descubierto que en esa autonomía había más presión sobre las herencias, ya que tenían un mínimo exento de 125.000 euros, más bajo que el existente actualmente en Asturias".

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