El programa de incentivos a la compra de coches, el llamado Plan Pive, está tocando a su fin, según ha dado a entender un alto cargo del Ministerio de Industria. "Entendemos que el Pive, y el sector está de acuerdo, ya ha cumplido su función, y está en fase de acabar, aunque va a haber otros programas de ayuda a la compra de vehículos orientados a la energía alternativa", manifestó la pasada semana el director general de Industria, Víctor Audera.

El Ministerio que lidera José Manuel Soria está preparando la liquidación de un programa que ha repartido 1.115 millones de euros en ayudas a la adquisición de vehículos desde finales de 2012 y que ha supuesto un estímulo para la actividad de los fabricantes de automóviles y el sector de los concesionarios. Víctor Audera destacó también que el Plan Pive hizo posible la renovación del parque automovilístico, con el achatarramiento de un millón de turismos antiguos.

Previsiblemente, el Plan Pive se agotará a finales de año, cuando lo haga el fondo de 225 millones de euros que se aprobó en mayo para la octava entrega del programa. El reglamento de esta edición incluyó una rebaja en la ayuda económica, de modo que el descuento en el precio del turismo a comprar es de 1.500 euros (750 a cuenta de Industria y 750 aportados por las marcas de automóviles), frente a los 2.000 euros de los planes precedentes. La ayuda, que en el tramo público está sometida a tributación del IRPF, se concede para la adquisición de turismos que no superen un cierto umbral de emisiones de CO2 y conlleva la retirada de circulación de otro vehículo con más de diez años de antigüedad.