El doctor y oftalmólogo asturiano, Luis Fernández-Vega, resaltó que el Barón de Grado era una "persona muy culta". "Contaba una historias tremendas", señala. Y añade: "Aplicaba un gran sentido de la seriedad a todo lo que hacía y tenía unos amplios conocimientos y un amor por Asturias por encima de muchas cosas".