Arcelor-Mittal quiere que una parte del sueldo de sus trabajadores en Asturias continúe ligado a objetivos, lo que ha supuesto en la práctica recortes para toda la plantilla durante los últimos tres años. La prolongación del salario variable fue planteada ayer por la multinacional durante la segunda reunión para definir el nuevo acuerdo marco, sobre el que luego se basarán los convenios colectivos en las instalaciones en España. Los sindicatos manifestaron su frontal rechazo y vaticinan que la continuidad o no de los salarios variables será una de las fuentes de más discusión durante la negociación.

La medida de ligar una parte de los salarios a la evolución del Ebitda (los ingresos antes pagar impuestos, créditos y amortizaciones) y a otros factores como el absentismo, el número de accidentes o la atención al cliente fue incluida por primera vez en 2013 en el actual acuerdo marco de la compañía como estrategia para hacer frente a la crisis global. Ahora la compañía arguye, para defender su continuidad, que la competencia de China está afectando con fuerza a sus ventas y a su cuenta de resultados.

"Acabar con la variabilización será una de nuestras luchas", señaló el portavoz de UGT, Iñaki Malda. "La situación no es igual que en 2012 y el acuerdo anterior fue un pacto con unas condiciones excepcionales, ahora la situación es muy diferente, puede que haya una caída del mercado por culpa de China, pero ya no es una crisis global", apuntó. En una línea similar el portavoz de CC OO, José Manuel Castro, defendió que "la compañía tira de las amenazas que se ciernen sobre la industria siderúrgica, pero nosotros estamos exponiéndoles los datos positivos que se están registrando". Las plantas españolas de Arcelor ganaron 21,5 millones en el tercer trimestre. Una cifra que contrasta con las pérdidas registradas por el grupo y que superaron los 661 millones entre junio y septiembre. Pese a los buenos resultados en España, desde que comenzó a ligarse una parte del salario a los resultados cada empleado asturiano de Arcelor perdió, de media, unos 4.500 euros en su nómina.

En la reunión, celebrada en la sede de la empresa en Madrid, las centrales marcaron algunas de sus líneas rojas para el resto de la negociación, y que pasan por una subida de los salarios para los trabajadores del grupo, la eliminación del tramo variable de los salarios y la supresión de la llamada flexibilidad, es decir, la bolsa de horas de las que la compañía puede disponer de su plantilla más allá de la jornada laboral. La siguiente cita será el día 25.