Oviedo, José Luis SALINAS

Los economistas reivindicaron ayer su aportación a la sociedad, quitando hierro además a los fallos en la detección de la última crisis. "Hacer predicciones no es una de nuestras tareas; no somos brujos, ni tenemos bolas de cristal, pero sí que hemos contribuido a la mejora del bienestar social". Así lo subrayó el decano presidente del Colegio de Economistas de Asturias, Miguel de la Fuente, durante un acto en el que se nombró al exsecretario de Estado de Economía José Manuel Campa colegiado de honor y ante más de 1.200 colegas de profesión, empresarios y representantes institucionales.

El propio Campa también defendió el papel de los economistas "para dar respuesta a muchas de las preguntas que la sociedad demanda". Él mismo aseguró que cuando comenzó la carrera no tenía vocación de economista y que no fue hasta unos cuantos años después cuando realmente le picó el gusanillo de la profesión.

"Ser economista no es una vocación que venga desde el nacimiento", reconoció Campa, mientras muchos de sus colegas asentían en el patio de butacas. "Pero nuestro papel ahora debe ser fundamental para diseñar las estrategias para repartir la riqueza y el bienestar", destacó. Otro de los retos a los que se enfrenta la sociedad actual es pensar "cómo los jóvenes van a crear el empleo del futuro", dijo también.

El acto se cerró con la entrega de un cheque por parte del Colegio de Economistas a Unicef por valor de 2.500 euros y con una actuación musical a cargo de la Orquesta de Cámara de Siero y el Coro de Voces Blancas del Nalón.