La revisión ayer del programa de expansión monetaria que el BCE empezó a aplicar el pasado marzo con compra masiva de deuda, y cuyos prolegómenos con otras medidas ultraofensivas se remontan a junio de 2014, no obedece a que el plan esté fracasando -afirmó ayer su presidente, Mario Draghi, en una conferencia de prensa televisada-, sino que a está dando resultado y a que "es un éxito", aunque sus efectos, admitió, están siendo inferiores a los esperados, por lo que se ha decidido hacer un "reajuste", dijo, de su intensidad.

La posibilidad de su modificación estaba prevista, indicó, porque "el programa de compra de activos tiene flexibilidad por tamaño, composición y duración".

La ampliación del programa que se aprobó ayer guarda relación con las nuevas previsiones macroeconómicas del BCE. El eurobanco mejoró su previsión de crecimiento del PIB del área monetaria para este año en una décima (hasta el 1,5%) respecto a lo avanzado en septiembre, mantuvo su estimación para 2016 (1,7%) y añadió una décima (hasta el 1,9%) a su predicción para 2017.

Por el contrario, la inflación no acaba de responder a los estímulos. Para este año el BCE mantiene su previsión de que se sitúe en el nimio 0,1%, pero redujo en una décima su previsión para 2016 (hasta el 1%) y 2017 (1,6%) respecto a sus pronósticos de hace dos meses, cuando anunció el 1,1% y el 1,7%.