El ingeniero de Minas Alfonso García-Argüelles Martínez, que fue directivo de compañías carboneras en Asturias y León, y uno de los profesionales con mayor proyección en el sector durante varias décadas, falleció el martes en Oviedo a los 88 años. Ayer recibió sepultura en la capital asturiana.

García-Argüelles (Turón, 1927), nieto de vigilante minero e hijo de capataz, se desenvolvió desde niño en el ambiente carbonero (primero en Turón y luego en Moreda) y eso determinó una vocación que lo acompañó siempre. Doctor ingeniero de Minas por Madrid, inició su actividad profesional en Minas de Riosa en los años 50 y dirigió luego el pozo Llamas, de Ablaña, cuando ambas explotaciones aún pertenecían al capital privado. Con la estatalización en 1967 de una veintena de sociedades hulleras del área central de Asturias y la constitución de la empresa pública Hunosa, García-Argüelles se integró en el nuevo grupo, en el que desempeñó diversas responsabilidades: entre ellas, director en Mieres y responsable de planificación estratégica de la compañía. Tras su paso por Hunosa, su accionista universal, el grupo estatal INI (actual Sepi), lo nombró director general adjunto de su división minera, a las órdenes del expresidente de Hunosa José Manuel Felgueroso.

Su retorno al sector privado se produjo en León cuando asumió la dirección general de la entonces poderosa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), participada por varios bancos y propietaria de la mina gijonesa La Camocha. Fue bajo su mandato (1984-1991) cuando se acometió la escisión de La Camocha como sociedad anónima, previa desagregación de la MSP. García-Argüelles, que nunca dejó de bajar al pozo "todos los días y con todos los relevos", según declaró en 2005, se jubiló en 1991 tras culminar la escisión de la mina gijonesa. Desde entonces siguió vinculado al mundo empresarial como asesor de empresas, caso de la constructora Coprosa, hasta que se retiró definitivamente a los 80 años, en 2007. También fue presidente de la patronal Cámara Minera de Asturias y de SADEI.

Apasionado "por su finca de Quintes, por su mujer y su familia", según el testimonio de uno de sus tres hijos, Alfonso García-Argüelles Sagrado, la pérdida en 2012 de su esposa, María Asunción Sagrado Alonso, lo golpeó con dureza. Ese mismo día sufrió un ictus. Ayer fue despedido por familiares, amigos y excompañeros en la iglesia parroquial de los carmelitas de Oviedo. Asistieron, entre otros, Marcelino Llaneza, de Perfiles Llaneza; José Ramón Madera, miembro del consejo de dirección de TSK y ex consejero delegado de Hunosa; Alejandro Roces, ex concejal de Hacienda de Gijón y su padre Enrique, que fue cónsul honorario de Colombia en Asturias durante treinta años, y otros.