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La presión tributaria sobre las herencias

Mucha clase media y muy pocos ricos, los que pagan sucesiones en Asturias

Ocho de cada diez contribuyentes están exentos, según datos del Principado | "Es un atraco", dice una mujer de Lugones que no llega a los 800 euros al mes y tributó 8.500 para heredar de su hermano la mitad de su piso en el Natahoyo (Gijón)

Mucha clase media y muy pocos ricos, los que pagan sucesiones en Asturias

Asturias es la región de España donde mayor es la presión fiscal del impuesto de sucesiones (equivalente al 0,47% del PIB de media en el período 2010-2013) y esa carga la llevan los algo menos de 4.500 contribuyentes que, como promedio, pagan cada año al Fisco autonómico por haber recibido bienes en herencia. La reforma planteada por el Gobierno regional en el proyecto de Presupuestos Generales del Principado aligerará la factura para una parte de esos herederos: los familiares más directos, que en la inmensa mayoría de los casos ya no tributan, según las cuentas del ejecutivo.

La recaudación y gestión del impuesto de sucesiones están cedidos a las autonomías, que sobre todo desde 2001 tienen además amplias competencias para modificar sus condiciones. Ello explica las profundas diferencias en el trato que reciben los herederos en unas y en otras regiones, básicamente cuando se trata de cónyuges, hijos y padres del fallecido. Frente a un grupo de comunidades (encabezadas por Madrid y generalmente gobernadas por el PP, donde el impuesto llega a ser casi testimonial incluso aunque se hereden millones, comunidades como Andalucía, Murcia y Asturias figuran de manera sistemática como los territorios fiscalmente más hostiles para heredar. La competencia autonómica ha tenido también otro efecto, este sobre la transparencia de la información tributaria: como ya hizo notar la comisión de expertos que asesoró al Gobierno central en la última reforma tributaria, desde que las autonomías mandan sobre el impuesto existe un "vacío" de información estadística sobre sus resultados. Se conocen cifras sobre recaudación y poco más.

¿Quién paga? Esa ausencia de información oficial complica la labor de conocer cómo son los perfiles de quienes están pagando cada año del orden de 2.300 millones de euros por sucesiones en España (más de cien millones en Asturias) y si el tributo contribuye de manera óptima a la redistribución de la riqueza, misión atribuida de manera principal a los que gravan los patrimonios. Una información aportada por la Consejería de Economía del Principado indica que en Asturias se presentó entre 2011 y 2014 una media anual de 27.789 declaraciones del impuesto de sucesiones y que únicamente el 16% de ellas (4.440) resultaron a pagar.

La estadística elaborada por el Ente de Servicios Tributarios (agencia regional de recaudación y gestión de impuestos) sujeta las afirmaciones realizadas por varios miembros del Gobierno regional en el sentido de que más del 95% de los familiares más directos ya están exentos de tributar en Asturias. Según esos números, cada año se tramitan más de 22.700 declaraciones de cónyuges, hijos o padres que heredan en Asturias, pero de ellos son menos de 770 los que finalmente tributan. El resto quedaría exento básicamente porque el valor de los bienes que heredan es inferior a 150.000 euros y opera la exención que aplica desde hace años el Principado.

Los que pagan son por tanto, siempre según esa información, una parte pequeña de los parientes más próximos y otro grupo de unas 3.700 personas formado por otros familiares o allegados (hermanos, primos, sobrinos, amigos...) y que son, en Asturias y en el resto de regiones, los que soportan la mayor parte de la carga tributaria, el 54% en el caso de la región. La ausencia de bonificaciones por parentesco y los recargos por el patrimonio preexistente del heredero pueden hacer que en casos extremos el tipo impositivo para esos contribuyentes llegue a superar el 80%.

Pocos ricos. Los números del Principado señalan por tanto que en Asturias pagan por heredar unas 4.500 personas al año (menos de 800 parientes considerados muy directos y en torno a 3.700 herederos con otros vínculos). ¿Cuál es el perfil económico de esas personas? En ausencia de información sobre su situación patrimonial, el tamaño de las herencias sugiere en primer lugar que los cónyuges, hijos o padres que heredan proceden en su mayoría de familias de clases medias. Dos tercios de estos herederos tributan por bases imponibles de entre 150.000 y 400.000 euros. Es un nivel al que puede llegar con facilidad quien recibe dos viviendas en herencia de valor moderado (por ejemplo, una principal tasada en 125.000 euros y otra en 100.000 euros) y unos ahorros en cuentas bancarias. Si es un heredero único quien recibe esos bienes (un hijo, por ejemplo), es habitual que la factura supere los 25.000 euros, como ha hecho notar una plataforma ciudadana que combate las condiciones del impuesto de sucesiones en Asturias.

La Consejería de Economía que dirige Dolores Carcedo asegura, sin embargo, que el citado no es un caso prototípico, que lo común es no pagar. No es tan común encontrar contribuyentes verdaderamente acaudalados, según se infiere de los datos del Principado. Como promedio, cada año se dan 53 declaraciones con bases imponibles superiores a 800.000 euros. La herencia media en esos casos es de 1,7 millones de euros. Los ricos son una minoría, aunque aportan el 18% de la recaudación.

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