Baleares, Aragón y Valencia, autonomías gobernadas por el PSOE con apoyo de Podemos, ultiman subidas fiscales que entrarán en vigor en 2016 y que afectarán a los contribuyentes con rentas altas, a quienes pagan impuesto de patrimonio y a las herencias elevadas. Los cambios también alcanzan en algunos casos al impuesto de transmisiones patrimoniales, que grava a quienes compran vivienda.
En Baleares, el gobierno presidido por la socialista Francina Armengol tomará con el IRPF medidas análogas a las que en estos últimos años desplegó el Principado: crear nuevos tramos en la tarifa del impuesto para aumentar la presión fiscal sobre los contribuyentes con rentas superiores a 70.000 euros. Aragón, presidida por Javier Lambán, también gravará con tipos más elevados a quienes ingresen por encima de 90.0000 euros.
Ambas comunidades también actuarán sobre el impuesto de patrimonio, reduciendo el mínimo exento estatal que ahora libera de tributar cuando el patrimonio neto no supera como norma general los 700.000 euros. Aragón rebajará ese mínimo a 500.000 euros y Baleares lo situará en 700.000 euros, derogando el límite de 800.000 que había fijado el anterior gobierno del PP. La Comunidad Valenciana, con el socialista Ximo Puig como presidente, también subirá el tributo de patrimonio, reduciendo el mínimo exento a 600.000 euros y elevando la tarifa. El Gobierno sopesa también un incremento del IRPF.
En sucesiones, Aragón suprime la bonificación del 65% que el anterior ejecutivo aprobó en 2015 para los herederos con patrimonios superiores a 402.000 euros, aunque se mantienen los beneficios paras las herencias de tamaño pequeño y medio. Y Baleares revisará sus deducciones para subir el tributo a quienes heredan bienes valorados en más de 700.000 euros, que ahora sólo pagan el 1%.
