Cuando usted se compra un coche, el precio lleva IVA, por lo que el Gobierno gana. Cada año por ese coche pagará viñeta e ITV, de nuevo, más IVA, así que el Gobierno gana. Si se compra una casa, pagará la casa más el IVA, luego otra vez España vuelve a ganar. Esa casa pagará su correspondiente IBI cada año, todo para el Gobierno, por no hablar del combustible, el gas, la electricidad, el agua y demás. Todo en nuestro país está pensado para aumentar ficticiamente su precio -que no valor- y que quien más gane, sin arriesgar nada, sea el Gobierno.

Usted y yo también, querido lector, estaremos toda la vida trabajando para poder vivir honradamente sin deber nada a nadie y cada año pagaremos por lo que tenemos, cual condena a cadena perpetua. O aún peor, pues no es una cadena perpetua que con nuestra muerte finalice: la condena a la que fuimos condenados no sólo nos amargará la vida a nosotros, también a nuestros hijos y a los hijos de éstos, todo hasta que alguien nos libere, o los libere, pues parece que aún no existe nadie que quiera liberarnos de tan pesada carga.

El día que perezcamos, de nuevo, y más triste aún si cabe, España ganará. España ganará dinero con nuestra muerte gracias a su impuesto de sucesiones, tal vez el peor de todos los impuestos. Hacer a los herederos pagar por tener lo que sus padres ganaron con su esfuerzo y sudor es una vergüenza, lo diré de nuevo por si algún político de ésos que estos días nos hacen promesas falsas no lo ha entendido bien: es una vergüenza, una broma de mal gusto, cobrar un impuesto por recibir una herencia que lleva toda la vida pagando impuestos. Es tan absurdo, tan ilógico, tan demencial que, desde mi humilde opinión, un buen abogado acabaría con este impuesto de sucesiones en dos días: ¿No dice la Constitución que los españoles somos iguales ante la ley?

No entiendo, entonces, cómo puede ser posible que en Asturias se llegue a pagar, por ejemplo, ante una herencia valorada en 500.000 euros más de 100.000, y por la misma herencia en otras comunidades no llegue a ni siquiera 1.000 euros. Ojo, además, esos 500.000 euros son lo que considera la Administración que sería su valor de mercado, aunque realmente su precio de venta a día de hoy sea mucho menor.

Están tensando demasiado la cuerda, y acabará rompiendo. Por su avaricia romperán el saco, que ahora quieren llenar de dinero para sus sueldos vitalicios, sus corruptelas, sus coches oficiales, dietas, alojamientos y un larguísimo etcétera.

Sinceramente, creo que nos tocará vivir otra guerra, lo creo yo y mucha más gente, y lo más triste es que hace falta para quitar del poder a estos vividores que nos asfixian a impuestos y leyes absurdas.