La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las perspectivas de la economía regional para el nuevo año (1)

La industria asturiana aumentó este año producción, pero poco empleo

El sector fabril afronta 2016 con cautela por la incertidumbre ante la amenza china

La industria asturiana aumentó este año producción, pero poco empleo

La industria asturiana ha recuperado potencia, pero aún le falta estabilidad para generar puestos de trabajo de forma vigorosa. En 2015, el sector secundario del Principado ha estado a la cabeza en España en incremento de la producción (con el 8,1% acumulado hasta octubre), pero la creación de empleo ha sido sólo tímida si se mide por las afiliaciones a la Seguridad Social o inexistente si se utiliza la Encuesta de Población Activa (EPA). De cara a 2016, el esperado despegue se ha cubierto de nubarrones. Las turbulencias que llegan del exterior, con origen principalmente en China, amenazan con ralentizar el crecimiento.

El metal es el principal motor industrial de Asturias y las previsiones para el nuevo año han perdido optimismo. "El año 2014 fue el de la inflexión tras las crisis, los tres primeros trimestres de 2005, de leve crecimiento, pero en este último trimestre se ha producido un ralentización de las exportaciones, por el problema de China, que rebaja las expectativas para 2016", señaló Guillermo Ulacia, presidente de la patronal Femetal. La ralentización del crecimiento de China y sus problemas de sobreproducción, que están inundando los mercados internacionales de productos a bajo coste, y los efectos sobre otros países emergentes de Latinoamérica y África, potenciales importadores de productos y servicios de empresas asturianas, amenazan con frenar el ritmo exportador de la industria del Principado, que había encontrado refugio en el mercado exterior ante la contracción de la demanda interna.

La industria del metal no sólo vive de las exportaciones, pero en el mercado doméstico tampoco se ven grandes claros para 2016. "Los proyectos de inversión privada y pública se retrasan por las incertidumbres sobre la marcha de la economía mundial y también por incertidumbres de la política nacional, con lo que los necesarios estímulos de apoyo a la reactivación económica no llegan", destacó Ulacia, que añadió que el repunte de la construcción y su efectos para la demanda de productos industriales "es bienvenido", pero no es suficiente si no va a acompañado, por ejemplo, de planes de rehabilitación.

Durante los diez primeros meses del año, la producción de la industria asturiana creció el 8,1% con respecto al mismo periodo del pasado año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un resultado muy influido por la altísima actividad de las térmicas de carbón en el sector energético. Es la comunidad que ha registrado un mayor crecimiento, pero las estadísticas son contradictorias sobre el reflejo en el empleo. Conforme a la tendencia que marcó la EPA hasta septiembre, la industria podría cerrar el año con destrucción de empleo. Según los registros de la Seguridad Social, Asturias tenía en noviembre 440 trabajadores más que a la misma altura de 2014.

"En el sector del metal, en 2014, ante la previsión de un aumento de la cartera de pedidos se generaron cerca de 3.000 puestos de trabajo, pero en el último año se ha mantenido estable el empleo y no se ven a corto plazo expectativas de mejora", destacó el presidente de Femetal, que incluso ve peligros en algunos subsectores del metal asturiano como el de las empresas auxiliares. "Las grandes empresas de la región, presionadas por la competencia china, tratan de mantener la competitividad exterior trasladando la reducción de precios a la cadena de suministros. A los servicios de operación y mantenimiento las grandes empresas les están pidiendo objetivos de reducción de precios de hasta dos dígitos", señaló Ulacia.

Las turbulencias generadas por la desaceleración de los países emergentes también tienen efectos en las empresas de bienes de equipo, ingeniería y proyectos llave en mano de la región (Duro Felguera, TSK, Isastur?) que en los últimos años habían tenido una importante actividad en Latinoamérica y ahora están encontrado refugio en otras zonas como Oriente Medio. La caída de los precios del petróleo y otras materias primas están recortando los proyectos en sectores como el petroquímico y el minero, buenos clientes de las ingenierías asturianas.

Para otros sectores industriales, como el naval, el 2016 se ve lleno de oportunidades, sobre todo después de que el Tribunal de Luxemburgo avalara el antiguo sistema de ayudas al sector, el "tax lease". "Con la sentencia a favor podremos recuperar la confianza de los inversores y tener un futuro prometedor", señaló Álvaro Platero, presidente de la patronal de constructores navales Pymar y de Astilleros Gondán, que tiene llena su cartera de pedidos de buques para 2016.

Para el próximo año también se espera la puesta en marcha del grueso de las inversiones de más de 200 millones de euros previstas por Arcelor-Mittal en Gijón y Avilés. "Esperemos que se cumplan las fechas porque son muy importantes para la región", apuntó Guillermo Ulacia. Será la principal inversión industrial en 2016 junto con la que tiene en marcha EDP-HC para reducir las emisiones contaminantes en el central térmica de Aboño, una operación que está previsto que se lleve a cabo también en uno de los grupos termoeléctricos de la central de Soto de Ribera. La inversión conjunta alcanza los cien millones de euros.

En el último mes de 2015 se cerró la fusión de los conglomerados químicos Dow Chemical y Du Pont. La consolidación del nuevo gigante se llevará a cabo en 2016 y está por ver cómo afectará a las plantas industriales de Du Pont en Tamón, a las fábricas de nomex, ICL y fungicidas y al centro de servicios. Du Pont ya anunció un recorte del 10% de la plantilla, pero aún no ha aclarado si afectará a los 1.200 trabajadores de las plantas asturianas.

La repercusión para la industria asturiana del acuerdo sobre el clima de París, que puede introducir nuevas penalizaciones a la emisión de gases de efecto invernadero, el mantenimiento del agonizante sector del carbón o la recuperación del sector cementero con el repunte de la construcción son otras incógnitas de cara al 2016.

Compartir el artículo

stats