El Tribunal Supremo ha fijado indemnizaciones de casi 200.000 euros para tres mujeres por haber estado en contacto con el amianto al tener que lavar la ropa de trabajo de sus maridos, operarios de las fábricas de Uralita de Getafe y Valdemoro (Madrid), y sufrir los daños derivados de este material empleado por la compañía.

La sala primera del Supremo confirmó dichas compensaciones tras la demanda interpuesta por un grupo numeroso de perjudicados frente a Uralita, en ejercicio de la acción de responsabilidad civil extracontractual derivada de los daños ocasionados a trabajadores y a familiares producidos por el amianto. La sentencia destaca que la responsabilidad que se imputa no se hace descansar únicamente en el riesgo creado por el uso de un producto como el amianto, sino que se asienta en la omisión de la diligencia extrema que cabía exigirles en atención a un riesgo previsible frente a terceros ajenos a la relación laboral pero que manipulaban la ropa de los trabajadores.