El presidente de Altadis, Juan Arrizabalaga, rechazó ayer las ayudas ofrecidas por el Ministerio de Industria y comunicó al Gobierno central su intención de cerrar la factoría que tiene en La Rioja, lo que supondrá la supresión de 471 empleos. Arriabalaga aseguró que la instalación es inviable y aseguró que "no se puede producir un producto que no se vende". Industria había ofrecido ayudas económicas para evitar la clausura, pero ni por esas.