El Banco de Japón (BoJ) se sumó ayer al BCE y otros bancos centrales y aprobó por sorpresa un tasa de interés negativa del 0,1% para complementar su programa flexibilizador y contrarrestar los efectos que la ralentización global está teniendo sobre sus metas de crecimiento e inflación. A partir del día 16, los bancos japoneses tendrán que pagar (en vez de cobrar) un interés del 0,1% por el dinero que depositen en el BoJ.