El euribor a doce meses, índice de referencia para determinar el precio de los préstamos hipotecarios de interés variable, cotizó ayer en números negativos por primera vez desde su creación en 1999. La cotización diaria se situó en el -0,002%, y la media mensual de febrero marcó otro mínimo histórico, aunque aún positivo (0,005%).

El promedio mensual es el que se utiliza para actualizar el importe de las cuotas hipotecarias, cuantía que se revisa por lo común una vez al año. Si el euribor mantiene la tendencia de los primeros días de febrero, la media mensual podría terminar también en negativo, lo que abriría paso a un escenario inédito y marcado por las dudas legales acerca de si, llegado el caso, los bancos quedarían obligados a pagar a los clientes a los que han prestado dinero.

Que el euribor entre en negativo no supone automáticamente que también lo haga el interés de las hipotecas. El sector financiero fija el precio de los préstamos variables aplicando sobre la tasa de referencia un diferencial, que ahora suele moverse entre uno y dos puntos y que antes de la crisis financiera llegó ser en las mejores ofertas inferior a 0,20 puntos. De modo que para que el interés de la hipoteca llegue a ser también negativo, el descenso del euribor por debajo de cero habrá de ser más pronunciado que ese diferencial. Es una posibilidad remota, según los expertos, pero para ellos también era casi impensable hace pocas semanas lo que ayer ocurrió de manera efectiva y como resultado de la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE).

La mayoría de los contratos hipotecarios (salvo algunos de los más recientes) no contemplan qué ocurre si el interés se vuelve negativo. El Banco de España tampoco tiene claro si legalmente los hipotecados tendrían derecho a recibir de hecho una retribución de las entidades financieras, cuyo margen comercial, y con ello su rentabilidad, continúa deteriorándose.