El empresario minero Rodolfo Cachero, acusado de defraudar más de 4,8 millones en declaraciones del IRPF y el IVA en la explotación carbonera Coto Minero Jove (antigua Jovesa) entre los años 2001 y 2004, aseguró ayer que durante ese periodo ya no tenía nada que ver con esa sociedad y cargó la posible responsabilidad a su antiguo socio Manuel Fano Peláez, que falleció en 2003. "En 1998 dejé por completo la compañía, yo quería haberla cerrado un año antes porque era inviable, pero Manuel quiso continuar, decía que la cosa mejoraría", aseguró ante la juez de la sala de lo penal número tres de Oviedo, Paz González-Tascón, a preguntas de la Fiscalía que solicita para él penas que suman 24 años de prisión.

Cachero mantuvo una participación minoritaria en Coto Minero Jove, declaró también, "pero no volví por allí en años, cedí todos los bártulos". El fiscal Enrique Valdés considera que el empresario, hoy propietario de Coto Minero Cerredo en Degaña, seguía manejando la sociedad en la sombra. Incluso, desde prisión. El empresario estuvo cumpliendo condena entre finales de 2001 y noviembre de 2003, por defraudar 186 millones de las antiguas pesetas al frente de Jovesa, la matriz de Coto Minero Jove. "Nadie se cree que estuviera totalmente incomunicado en la cárcel como nos ha intentado hacer creer", le reprochó Valdés.

La defensa de Cachero trató por todos los medios de desmontar esa teoría. Dos extrabajadores de la explotación minera testificaron que el empresario se había desentendido del negocio a finales de los noventa y que su único interlocutor era Manuel Fano Peláez. "Mi defendido debería de ser el gran Houdini para seguir defraudando desde la cárcel de Málaga en la que estaba", aseguró su abogado, Carlos Cima. El letrado cargó las culpas al fallecido. "Manuel era el administrador de hecho de aquella empresa", aseguró. Y concluyó su alegato final asegurando que hay una clara persecución por parte de la Agencia Tributaria hacia su cliente.

Dos días antes de la muerte de Manuel Fano Peláez (el 23 de diciembre de 2003), su hijo, Manuel Fano Cano, fue nombrado administrador de Coto Minero Jove. Para él, la Fiscalía solicita dos años de prisión y una multa de un millón de euros, ya que el presunto fraude continuó durante los meses que estuvo al frente de la explotación minera. En el acta de la junta de accionistas que ratificó el nombramiento figuraban las firmas tanto de Cachero como de su mujer, Pilar Solís Flórez, trabajadora y con una participación minoritaria en Coto Minero Jove. Cuando la Fiscalía le mostró el documento, Cachero aseguró aquel papel no lo había rubricado. "Eso eran cosas de Manuel", aseguró.

Visiblemente nervioso, Manuel Fano Cano defendió que no fue hasta julio de 2004 cuando tomó las riendas de la empresa, con la única intención de liquidarla en 2007 y pagar todas las deudas con las ayudas al cierre a la minería que le iba a dar el Ministerio de Industria (de 7,5 millones), pero que nunca recibió.

El fiscal sostuvo durante la vista que mientras que la compañía minera eludía sistemáticamente el pago del IRPF y el IVA había un trasvase continuo desde las cuenta de Coto Minero Jove con destino a otras compañías como Promociones Oviedo o Teleasturias, en las que Cachero y su familia también tenían participaciones.

La perito de la Agencia Tributaria que auditó las cuentas de la antigua explotación allerana, María Josefa Benito, aseguró que la administración de la empresa hacía "pagos simbólicos del IRPF". Y señaló que entre las facturas figuraban algunos pagos personales del propio Cachero, y un viaje de Manuel Fano Cano difícil de justificar a Málaga, donde cumplió condena el empresario minero.