La Agencia Tributaria ingresó en 2015 la cifra récord de 15.664 millones mediante las medidas de lucha contra el fraude. Esa cantidad es un 27% inferior a la de 2014 y fue calificada ayer como "histórica" por el director de la agencia, Santiago Menéndez, que avanzó las líneas maestras de la estrategia para 2016: una combinación de actuaciones para aflorar patrimonios ocultos en el exterior, control sobre los grandes contribuyentes y la planificación fiscal de las multinacionales y también de presión sobre prácticas como los alquileres ocultos o los ingresos no declarados en el turismo y el comercio.

El sindicato de técnicos de Hacienda Gestha denunció que la lucha contra el fraude está más volcada sobre las pymes, los autónomos y los profesionales que sobre las grandes compañías, donde, aseguran, se produce la mayor evasión. El responsable de la Agencia Tributaria, el asturiano Santiago Menéndez, aseguró que las áreas en las que más se incidió durante 2015 fueron "la inspección a grandes contribuyentes, la lucha contra la economía sumergida y el cobro efectivo de deudas tributarias". El récord de recaudación, precisó Menéndez, está influido por algunos resultados extraordinarios y difíciles de repetir en el tiempo. Es el caso de una serie de expedientes singulares de minoración de devoluciones. La Agencia obtuvo 2.700 millones mediante comprobaciones de las reclamaciones de devolución formuladas por contribuyentes que, por ejemplo, declararon bases negativas o anotaron deducciones con las que no estaba de acuerdo Hacienda.

El área de inspección liquidó deuda por importe de 7.129 millones de euros, el 44% correspondiente a grandes contribuyentes y el resto a pymes, autónomos y profesionales. Y aumentaron más del 25% dos tipos de actuaciones: las visitas destinadas a destapar alquileres no declarados por los propietarios de las viviendas y la investigación de denuncias por incumplimientos de las limitaciones de pagos en efectivo. Desde la ley Antifraude de 2012, no están permitidos los pagos en metálico iguales o superiores a 2.500 en operaciones en las que alguna de las partes actúe en calidad de empresario o profesional. Hacienda inició 6.087 expedientes sobre este tipo de casos.

El plan de control tributario para este año sigue las pautas de los anteriores. Según las explicaciones de Santiago Menéndez, los pilares básicos serán la lucha contra la economía sumergida, la investigación de patrimonios y rentas que puedan estar ocultos en el exterior y las intervenciones en sectores donde es muy intenso el uso de efectivo. Otra de las líneas consideradas "fundamentales" consisten en las actuaciones de control de la planificación fiscal internacional (prácticas de elusión protagonizadas a menudo por las multinacionales) y del comercio electrónico. La Agencia intensificará asimismo la actividad de sus unidades de auditoría informática, formadas por expertos que se personan en las sedes de las empresas en busca de rastros de facturaciones ocultas.

El citado plan vuelve a poner el acto en la persecución del uso del "software de doble uso", programas informáticos que encubren los cobros en dinero "B", especialmente en negocios intensivos en el manejo de efectivo. Esta estrategia se dirige principalmente hacia el comercio minorista y mayorista.

Hacienda anuncia también nuevas campañas para controlar el cumplimiento de la limitación de los pagos en efectivo superiores a 2.500 euros y las actuaciones sobre "particulares que ceden de forma opaca viviendas por internet u otras vías". Esa línea se refiere al arrendamiento de viviendas de vacaciones. El plan también contempla seguimientos a empresas turísticas.